Es tan intensa la demanda de quinua en el exterior, que en el país de origen del producto se dan modos para sacar el mismo por la vía del contrabando, porque de manera legal existen muchas trabas y pocas utilidades, por lo menos así se justifica la acción ilícita cuando se revelan la cifras de esa extracción de quinua.
La institución que agrupa a los productores y comercializadores de quinua en nuestro país a través de sus dirigentes hizo saber que alrededor de doce mil toneladas de quinua boliviana se exportan ilegalmente al Perú, debido a la falta de mercado interno, al contrario de la demanda internacional. El promedio muestra que mil toneladas mensuales del nutritivo producto se van al mercado ilegal, aunque generando ingresos extraordinarios para los vendedores.
Los datos complementarios sobre la salida ilegal de quinua boliviana no sólo al Perú para su reembarque a Europa sino también a otros mercados de la Comunidad Andina Nacional (CAN) fluctúan entre 22 a 25 mil toneladas por año, lo que representa una mayor comercialización ilegal del codiciado y cotizado alimento que justamente en Bolivia sólo se utiliza o consume en un pobre porcentaje no mayor al 10 por ciento.
Los productores “quinueros” refieren que la producción anual del grano en Bolivia es aproximadamente de 40 mil toneladas en periodos normales y baja a poco más de 22 mil en temporadas en las que se registran fenómenos naturales negativos, como sequías, heladas o a la inversa inundaciones, por tanto esa variable en la producción hace más requerido el también llamado “grano de oro” en los mercados de consumo externo, especialmente a los países de la CAN como Colombia, Ecuador y el Perú donde se destina aproximadamente un 50 por ciento de toda la producción nacional.
Lo que preocupa es que por la vía del contrabando salga una apreciable cantidad de quinua que primero debería beneficiarnos y sólo después ser legalmente exportada a países de Europa, también a Estados Unidos y otros como Japón y Corea donde se reclama la quinua boliviana.
Lamentablemente en el país no hay una política expresa para incrementar el consumo del fabuloso grano que está alimentando a ciudadanos de otras latitudes, donde reconocen el altísimo valor nutriente de la quinua, que en nuestro medio no se socializa convenientemente y por tal razón hasta se permite la salida ilegal de tan importante alimento.
Faltan medidas específicas por ejemplo para que se utilice el producto de manera obligada en la dieta diaria y especialmente se incorpore su uso en el desayuno escolar a nivel nacional. Por otra parte para evitar la salida de quinua de contrabando se deberían aplicar otras medidas que permitan a los productores de quinua nacional ampliar sus actividades de industrialización del producto de manera tal que su consumo sea de manera diversa entre nuestra población como prioridad nacional y después ajustar los mecanismos que fuesen necesarios para su exportación legal a países del mundo entero.
Fuente: LA PATRIA
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