Alfredo Ágreda Mérida,el "hombre de goma"

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Su elasticidad corporal le permitió a Alfredo Ágreda Mérida ganarse el apelativo de "hombre de goma". Fue uno de los destacados jugadores que tuvo el Club San José de Oruro en la década del 50 del siglo pasado. Integrante de aquel equipo legendario campeón del fútbol boliviano bautizado como "Los húngaros".

Alfredo nació en la Alta Tierra de los Urus, según se conoce mediante el libro de Eddy Paravicini Ramos "Rescatando la memoria colectiva de San José".

Nació en el barrio de La Ranchería. Desde muy pequeño fue criado por sus abuelos, doña Francisca Brañez Escudero y don José Ramos Ponce, mientras que sus padres fueron Estanislao Ágreda Rivas y Amelia Mérida Brañez.

Con el paso de los años vivió muy cerca del Santuario de la Virgen del Socavón. Fue estudiante del colegio "Juan Misael Saracho", sin embargo, no terminó sus estudios por razones de fuerza mayor.

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Cuando jugaba en ese equipo, el "hombre de goma" estuvo en la reserva esperando su turno para debutar.

Su vida deportiva daría un cambio notable, sin embargo, antes de ello, él tenía que asumir algunas responsabilidades, motivo por el cuál, ingresó a trabajar al taller mecánico de la empresa San José, sección que estuvo a cargo del dirigente deportivo Amurrio.

Aquella situación, le permitió ingresar al Club San José y estuvo en el plantel por una década aproximadamente. Allí se consolidó como un férreo luchador del plantel, ganando la titularidad, además de ser artífice de aquel equipo denominado como "Los húngaros", emulando a aquella selección de Hungría que se destacó en el campeonato mundial de Suiza de 1954.

"Para mí fue un día de gloria, Jamás en mi vida había sentido el cariño del pueblo de Oruro, cuando San José se coronó campeón del fútbol nacional el año 1955. Yo estaba en las nubes, feliz y esa felicidad lo compartía con mi familia. Se me enredaba la lengua, me faltaba oxígeno, lo que no sucedía dentro de la cancha disputando los partidos del campeonato", expresó en la memoria registrada por Paravicini.

Alfredo Ágreda trabajó muchos años en la empresa minera San José. Cuando se retiró de ser jugador siempre tuvo el deseo de dirigir un equipo infantil, ya que su sueño era enseñar a jugar fútbol y básicamente todo lo que aprendió cuando él era jugador. Si bien no era ambicioso en el tema económico se sentía feliz por el buen trato que le daban sus dirigentes.

CANCHA

En el campo de juego, Alfredo siempre sorprendió por las acrobacias riesgosas que hacía, como las "tijeras" por ejemplo. Eran remates que hacía en el aire con los dos pies suspendidos. Normalmente empleaba ese recurso cuando el rival pretendía burlarlo. Asimismo, se encargaba de rematar la pelota con "la chilenita", jugada por demás arriesgada, pero bien elaborada por el futbolista.

El talento que tenía con el dominio del balón le permitió ser convocado varias veces a la pre selección de fútbol de Bolivia, sin embargo, por las famosas "camarillas" fue relegado de llevar "la verde" como también era su deseo, de representar a su país, en el deporte de multitudes.

En el desarrollo de su carrera deportiva, fue tentado para vestir los colores de otros equipos como Litoral y Bolívar de la ciudad de La Paz, sin embargo, Alfredo nunca quiso salir de su terruño, porque estaba muy enamorado de la tierra que le vio nacer y del equipo que lo vio triunfar.

Alfredo Ágreda vivirá siempre en el recuerdo del Club San José, institución a la cual entregó su alma, su vida y su corazón.

Fuente consultada:

"La memoria colectiva de San José" de Eddy Paravicini Ramos