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Domingo 05 de agosto de 2018

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Revista Dominical

La cultura de la Sierra de Plata

05 ago 2018

Textos: Juan José Toro Montoya, Álvaro Erick Bejarano Zárate y Marco Antonio Flores Peca(*) Todos los firmantes son miembros de la Sociedad de Investigación Histórica de Potosí (SIHP) - Gráficos: José Luis Pérez Coro - Fotos: Daniel Bernardo Oropeza Alba

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POTOSÍ NO FORM? PARTE DE LA CULTURA KOLLA

Teresa Gisbert estima que los denominados reinos collas surgieron entre 1200 a 100 A. de. C., en el periodo formativo de Bolivia, así que aparecieron coetáneamente a la cultura Tiwanaku, que fue la primera en alcanzar una gran expansión.

En coincidencia, Ximena Medinacelli también ubica en el formativo la aparición de culturas como las de los canchis, canas, collas, lupacas y pacajes, todas alrededor del Lago Titicaca.

Pero más allá del gran lago, hacia el sur, existían muchas otras culturas, como los carangas, killakas, azanaques, uruquillas y aracapis, todas en lo que hoy es Oruro. "Entre la región sur de Oruro y parte de Cochabamba estaban los Soras. Se conoce los Soras de Paria, los de Caracollo, de Tapacarí y Sipe Sipe, los dos primeros situados en Oruro y los dos últimos en Cochabamba", agrega Medinacelli.

Pero en lo que concierne al territorio de Potosí, la precisión de la investigadora es la siguiente: "En la región alta de Potosí estaban los Charcas y Caracaras y hacia los valles potosinos, hasta Tarija, los Chichas".

Por tanto, la cultura que se desarrolló en gran parte de lo que hoy es Potosí era la de los caracara, o qaraqara en su lengua original.

Son muchos los documentos que prueban la existencia de los qaraqara y su cultura en periodos anteriores a los incas. "Varias fuentes documentales dan cuenta de la presencia durante tiempos preincaicos de un grupo étnico llamado qaraqara en los territorios de las actuales provincias de Chayanta, Tomás Frías, Saavedra, Quijarro y Linares del Departamento de Potosí -escribieron Pascale Absi y Pablo Cruz-. El Memorial de Charcas señala, para esos tiempos, la existencia de una alianza o federación entre los qaraqaras y los charkas, quienes a su vez integraban una confederación que comprendía otras federaciones, como los carangas, los chuis, los soras y los chichas".

Tanto los qaraqaras como las demás culturas que estaban en el actual territorio del occidente boliviano fueron englobados bajo el apelativo de collas o kollas debido a que, luego de producirse la expansión del Tawantinsuyu, todo este conformó una unidad político-administrativa denominada Kollasuyu.

EL REY BLANCO

Cuando la cultura que se estableció en el Cusco comenzó a expandirse con conquistas militares, los incas escucharon de la leyenda del rey blanco, un gobernante de una serranía de plata que vivía hacia el sur.

La existencia de la sierra de plata ya habría sido conocida por los tihuanacotas pues existen datos conclusivos de que esta antigua civilización ya habría explorado y explotado las riquezas minerales de Sudamérica y, por ende, encontrado la mítica Sierra de la Plata que es un conjunto de cerros ricos en mineral de plata que se encuentran en territorio boliviano (en el actual Potosí) los cuales son encabezados por el monarca de los cerros, por el más hermoso llamado el "Sumaj" y el más rico de todos, el Cerro Rico de Potosí. Los hallazgos de Abbott y Wolfe confirman este extremo.

La Sierra de Plata era gobernada por el rey blanco. Si no es por el color de su piel, atribuible a su ascendencia, por la vía de la migración, el nombre de "rey blanco" pudo deberse a su atuendo con incrustaciones e hilos de plata además de otras joyas argentíferas que le darían la característica de mostrarse con gran brillo, aproximado al color blanco, llamando la atención de otras culturas que lo habrían observado, como es el caso de los habitantes de la amazonia, chiriguanos y guaraníes o los mapuches del sur a quienes los tihuanacotas consideraban habitantes de arco y flecha muy parecidos a los bárbaros europeos, como los vikingos o los hunos, ya que tenían un menor nivel de avance tecnológico y cultural. Los guaraníes serian posteriormente los primeros en transmitir este conocimiento antiguo del imperio del rey blanco y su Sierra de la Plata a los primeros conquistadores españoles que llegaron a América lo cual causó una curiosidad y una ambición enfermiza en los ibéricos, abriendo caminos y destrozando civilizaciones hasta encontrar el tesoro y el lugar exacto de dicha leyenda en Sudamérica, en la Villa Imperial de Potosí.

En el poema "la Argentina" (1602), Martín del Barco Centenera refiere que la expedición de Juan Díaz de Solís fue la que se enteró que, al norte de donde se encontraban, en territorio hoy argentino, existía un reino de plata, la sierra de plata, y uno de sus soldados, Alejo García, subió hasta el lugar donde habría encontrado a los qaraqaras y su gobernante, el denominado rey blanco. No pudo reportar oficialmente su hallazgo porque al volver a la base de su expedición fue muerto por los indios payaguás. Debido a esta versión, el río que bajaba de aquel mítico territorio fue bautizado como "Río de la Plata" y ese es el origen del nombre de Argentina.

LA CONQUISTA INCA

No existe consenso respecto al tiempo en el que los incas conquistaron a los qaraqara.

Tan tarde como en el siglo XVIII, el cronista mayor de Potosí, Bartolomé Arzáns, señaló que cuando el cuarto inca del Tawantinsuyu, Mayta Cápac, llegó a "las provincias de los Charcas [y] las puso debajo de su dominio", ya existían pobladores en los lugares donde hoy están Potosí y Tarapaya:

"El cuarto rey se llamó Maytac Cápac, que se interpreta ¿Dónde está el rico y poderoso? ?ste fue el que extendió su reino con las armas, pues formando un grueso ejército salió del Cuzco (corte de estos monarcas) y llegando a las provincias de los Charcas (que distan más de 200 leguas) las puso debajo de su dominio, a costa de mucha sangre que se derramó de entrambas partes porque los caciques las defendieron hasta los últimos alientos. Llegó a las comarcas de esta Villa de Potosí y apoderándose de todas sus poblaciones se halló con su numeroso y triunfante ejército en el medio valle de Tarapaya (vocablo corrupto pues lo llamaron los indios gentiles Ccarapaya que se interpreta Vieja desnuda), el cual valle está distante de esta villa tres leguas".

A la luz de esta referencia, la resistencia de los qaraqara fue encarnizada y la conquista de este territorio se hizo "a costa de mucha sangre" así que no existe acuerdo con las versiones que hablan de una conquista pacífica o diplomática.

Sin embargo, es muy probable que Arzáns, que no fue precisamente un dechado de precisión, se haya equivocado tanto con el nombre como con el tiempo en que ocurrió esa conquista. José Antonio del Busto ubica al gobierno de Mayta Cápac en el lapso comprendido entre 1320 y 1370 D. de C.; es decir, el asignado a los incas del período protohistórico o monárquico, Lloke Yupanki, Mayta Cápac y Cápac Yupanki, todos de la dinastía Hurinqusqu, mientras que la conquista del territorio que hoy es Bolivia es atribuida a Tupaj Yupanki, en 1479, después de la segunda campaña del Kollasuyu.

A partir de la conquista, los qaraqara se convierten en tributarios del inca, pero sus gobernantes mantienen sus privilegios así que sus dinastías reales sobreviven incluso hasta el periodo colonial.

Como casi todos los pueblos preincaicos, son englobados en los denominados "señoríos aimaras" y así fueron estudiados, incluso hasta el presente.

Hoy en día, la nación qaraqara ha resurgido de sus cenizas y sus autoridades originarias tramitan su declaratoria de autonomía indígena originaria campesina.

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