Potosí y sus festividades con historia propia

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Cada departamento del país presenta diversas particularidades que hacen única cada región, en el caso de Potosí y sus festividades tradicionales, estas vienen arraigadas desde tiempos coloniales en un complemento con la vivencia desde nuestros antepasados, creencias vivas en la actualidad.

SAN BARTOLOM�? O CH´UTILLOS

Esta festividad es considerada como una de las más importantes de la región, tiene un origen pagano-cristiano que viene desde la época precolombina.

De acuerdo a diversos relatos, su historia hace referencia a un demonio que aterraba a los pobladores y fueron los Jesuitas quienes, portando una cruz y la imagen de San Bartolomé, hicieron que el demonio salga corriendo de su cueva estrellándose en una roca quedando el denominativo de Chutillo o "Ch´utillo", que popularmente significa "burlón" o "burla".

Es así que durante el periodo de la fiesta mucha gente se va ch´utillando o haciendo la burla de uno o de otro sin provocar daño físico malintencionado.

Todo inicia el día 24, cuando desde tempranas horas de la mañana los Chutillos fletan trajes y vestimentas características para llegar bailando hasta la capilla del santo, sector que también recibe el nombre de Cueva del Diablo, recordando la historia al ser el escondite de quien asustaba a los pobladores.

El mismo día se celebra una eucaristía a cargo de un solo párroco, luego continúa con la procesión para la que se preparan cuatro altares donde descansará la imagen del santo. En el recorrido la procesión pasa por arcos de plata y vuelve a su propio altar, dando por concluida la primera fase de la fiesta.

En horas de la tarde también del día 24, una segunda fase da inicio en una especie de carrera de caballos que parte desde la puerta de la capilla, pasando por la Puerta del Diablo, continuando por el sector de San Antonio, Chisiraya, lugar en que los Chutillos se detienen a descansar y a beber la chicha que les invitan los amigos y familiares que esperaban su llegada, después continúa la carrera por Tturu o Chaca, hasta llegar al Teatro al Aire libre, lugar ya citadino. Aquí es donde existe una división de los grupos, es decir, los Chutillos de San Roque se dirigen a su barrio, y los otros dos grupos hasta el Arco de Cobija donde se separan los unos a San Juan y los otros a San Benito, a celebrar la fiesta en casa de los pasantes y alféreces.

El día 25 es la jornada de festejo en las casas de los pasantes o alféreces. También lo llaman uchú día (día del ají), uchú chico (día del ají pequeño).

Si no todos los invitados, pero en su mayoría proceden al "ttipacu" que consiste en prender en el pecho de los pasantes, billetes de corte mayor. Otros realizan el armado de los arcos adornados de flores y papel moneda, que el siguiente año debe ser devuelto al próximo pasante, duplicando la cantidad que hubiera recibido.

Ya casi en el epílogo de la fiesta, todos acuden al "dejamen", portando guirnaldas de flores hechas de papel, se dice que antiguamente estas eran hechas de filigrana de plata.

En todos los días festivos es particular deleitarse con una rica gastronomía traducida en el preparado "uchu-chico", así como el "ají de achacana", al margen del asado de carne de llama, el asado de cerdo o lechón y para beber la chicha de Tinquipaya, que es el lugar muy próximo a la capilla de San Bartolomé.

FIESTA DEL SE�?OR DE LA CRUZ DE MACHA

La población de Macha está situada en el Norte de Potosí en una ubicación geográfica cubierta por colinas y serranías de gran altitud. Cada año la fiesta que se realiza el 3 de mayo, es la de mayor significación para los pobladores originarios de distintas poblaciones aledañas.

Se entiende que esta fiesta se originó a raíz de los enfrentamientos entre indios y españoles para hacer prevalecer sus derechos, generando diferentes costumbres en los respectivos ayllus del sector.

Cuenta la historia que, en las noches de mayo, la Cruz del Sur toma posesión sobre la región andina realineándose con el planeta Tierra. El hombre se servía de observatorios astronómicos para ver el movimiento de las constelaciones para el control del ciclo agrícola andino y agradecimiento a la Madre Tierra (Pachamama).

Asimismo, antes de asistir a la fiesta de Macha, en cada comunidad de los diferentes ayllus se realiza la "Willja", costumbre que consiste en entregar una mesa ritual para pedir a fuerza y valor a los dioses andinos para enfrentar a los ayllus o grupos oponentes en el "Tinkuy" o Tinku que significa encuentro.

Día previo al 3 de mayo, todos los participantes se trasladan, vistiendo sus mejores atuendos típicos al son de la melodía, danza y portando la cruz que en la parte superior lleva una figura del rostro de Cristo vestido con poncho, bufanda y ch´uspa asemejándose a una persona, en algunos casos adornado con chumpis, con banderas blancas.

Otras cruces llevan sobre la cabeza una pequeña montera de cuero, como si Cristo también viniera a pelear en el Tinku.

Ya al llegar el día principal, se inicia una misa cuya particularidad destaca que es celebrada en el idioma nativo, luego sigue la procesión que recorre hasta la plaza principal.

En las casas de fiestas se sirven las comidas y bebidas para que finalmente se dé marcha al Tinku del que participan hombres y mujeres. Aquí se saldan cuentas de festividades pasadas o conflictos comunales por medio de la pelea, además, con la creencia de que la muerte o la sangre son una ofrenda a la Pachamama para tener un año agrícola con mayor producción y abundancia.

No es una batalla campal de todos contra todos, sino que los enfrentamientos corresponden a un ordenamiento social establecido, los conflictos se dan a nivel de la parcialidad de Alasaya y Majasaya, por ejemplo, entre los ayllus de Bombori y Uluchi.

Concluido el encuentro, las comunidades se marchan del lugar llevando sus heridos o en su caso, muertos, para atenderlos y ser sepultados en sus respectivas regiones.

SANTIAGO DE BOMBORI

La población de Bombori en el departamento de Potosí creció alrededor de una pequeña iglesia de piedra y barro, capilla de la época colonial en la que está el famoso, venerado, pero también temido, Santiago Apóstol, Tata de Bombori.

Cuando los más viejos del pueblo correteaban por la Plaza Principal, el "Santiaguito" ya estaba allí. Nadie sabe cuándo llegó el Tata Bombori. Algunos dicen que se quedó luego de la lucha por la independencia, cuando los españoles tuvieron que escapar de Potosí.

La iglesita jamás fue un gran templo, pero es como si lo fuera, recibe a cientos de fieles todos los años en el mes de julio, para su fiesta. Las cofradías de todos los departamentos del país, se multiplican a cada año en muestra de fe y devoción.

Son muchos los devotos que van por gratitud hasta Bombori. Mientras, otras personas acuden por problemas de salud y en busca del bienestar económico, como también por otros miles de motivos, pues cada persona es un mundo lleno de particularidades. Lo que importa es la fe que reúne en un mismo sitio a tanta gente.

Así también otros realizan una caminata desde el centro minero de Uncía durante tres días, ya llegando a Bombori se dice que se siente una energía singular difícil de explicar. Con la celebración de una misa el día 25 de julio, es interesante apreciar la manifestación costumbrista hibrida de la región andina y la religión católica impuesta desde la llegada de los españoles.

De acuerdo a varias experiencias narradas por los propios visitantes, pareciera que la fiesta comienza varios días antes al ver que los pobladores siguen atrapados por el efecto del alcohol.

Los peregrinos se quedan hasta el final, aunque no hay muchas opciones para quedarse por la noche, varios recurren a alquilar pequeños cuartos y colchones o en el último de los casos darse modos para acampar.

El día principal, es decir cada 25 de julio, es la celebración de los yatiris. La figura del Apóstol Santiago sincretiza la impuesta creencia católica con la deidad andina Illapa (rayo, trueno y lluvia). A él acuden "los que saben" para recibir su gracia para todo el año.

Un grupo de estos sabios está tranquilamente en la apacheta atendiendo sus humeantes ofrendas. Abajo, cerca de la capilla, el ambiente es otro.

Se puede observar en el Calvario cómo la gente enferma deja todas sus muletas, vendas y otras prendas que aparentemente les trae mala suerte. Es común observar en esta zona cómo los sabios andinos, curanderos y miradores de coca, realizan su culto religioso alzando la gloria de Tata Bombori.

Son aproximadamente unas 10 a 15 mil personas de distintas partes del país que se dan cita, ya sea a pedir ser sanados de muchas enfermedades incurables y, al mismo tiempo como lo habíamos señalado dicen que es el Santo temido por castigar a quiénes lo olvidan.

Fuente: LA PATRIA