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Warning: session_start(): Cannot start session when headers already sent in /home/lapatri2/public_html/impresa/index.php on line 8 La búsqueda de independencia y la fundación de la República - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
La búsqueda de independencia y la fundación de la República
06 ago 2018
Por: Mauricio Frías Aliaga, Periodista de LA PATRIA
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La "Guerra de los 15 años" se denominó a la insurrección que dio paso a la independencia del yugo español, aunque anecdóticamente duraría 16 años y casi tres meses hasta la firma del Acta de la Independencia el 6 de agosto de 1825, dando paso a la fundación de la República.
Sin embargo, al hablar de los levantamientos e ideas independentistas, debemos remontarnos inclusive a casi un siglo antes, pues la lucha permanente por conseguir la anhelada independencia y consolidar una nación libre, dejó miles de mestizos, criollos, indígenas y foráneos, como los verdaderos protagonistas de un proceso de emancipación que desencadenaría en un objetivo logrado, que sería replicado a lo largo del Alto Perú.
La Corona española adquirió un gran poderío sobre los pueblos de América, pero su desmedido enriquecimiento a costa del sacrificio de los nativos y de los recursos naturales característicos de la región, además de la marcada desigualdad entre clases, fueron parte de los motivos que generaron el descontento de los pueblos, que adquirieron las ideas independentistas y las sublevaciones como única vía para llegar a su objetivo.
Uno de los primeros levantamientos se remonta a 1730, cuando en Cochabamba, Alejandro Calatayud, realiza una demanda, pidiendo que el corregidor y los alcaldes tenían que ser criollos y que el visitador debía ser nombrado por estos. Calatayud fue traicionado por el alcalde al cual eligieron, Manuel de Avilés, quien ordenó su muerte.
Casi una década después, en Oruro, Juan Vélez de Córdoba, propondría una especie de propuesta política, bajo un denominado "Manifiesto de Agravios" de 1739, que resumía el malestar del pueblo ante las políticas de tributos de la corona; a la par, el documento era propulsor de ideas independentistas y de libertad para los pueblos.
Según algunos autores, este documento fue la base para las posteriores sublevaciones de los pueblos de América e inclusive llegó hasta Francia, para que los protagonistas de la revolución francesa de 1789 usen el manifiesto como base para consolidar su rechazo a la monarquía.
Pero, como muchos mártires de la historia, Vélez de Córdoba fue traicionado y asesinado, dejando su legado como base para los futuros levantamientos, de un pueblo cansado del autoritarismo y con un alto resentimiento hacia quienes reinaban el Alto Perú.
Por más de cuatro décadas, luego del manifiesto de agravios, sucedieron una serie de intentos de sublevación de menores proporciones y considerados como intentos fallidos, sin embargo, todos mantuvieron vivo el sentimiento de libertad que necesitaban los pueblos; es así que en 1780 y 1782 se producen las sublevaciones de dos indígenas, recordados por la valentía con la que se enfrentaron a la Corona española, como Túpac Katari en Bolivia y Túpac Amaru en Perú, no consiguieron el objetivo planificado, fueron cruelmente asesinados por los españoles, traicionados por la gente que intentaban liberar, pero dando otro paso más, en la batalla común de la búsqueda de la libertad.
Sin duda, en este lapso de tiempo, un hecho que marcó la historia, fue la revolución de Oruro en 1781, grito libertario que contradictoriamente a las declaraciones de muchos autores, fue el primero de América, la importancia de esta gesta, nace de la proclama de Sebastián Pagador, donde por primera vez se habla de formar una Patria; parte de la proclama decía textualmente: "Amigos, paisanos y compañeros: Estad ciertos que se intenta la más aleve traición contra nosotros por los chapetones , esta noticia acaba de impartírseme por mi hija. En ninguna ocasión podremos mejor dar evidentes pruebas de nuestro honor y amor a la Patria, sino en ésta".
El edicto continuó: "No estimemos en nada nuestras vidas, sacrifiquémoslas, gustosos en defensa de la Patria y la libertad, convirtiendo toda la humildad y rendimiento que hemos tenido con los españoles europeos, en ira y furor y acabemos de una vez con esta maldita raza".
Mientras acontecía en Oruro el primer grito libertario, en Chuquisaca el 25 de mayo de 1809, sería el inicio de la mencionada guerra de los 15 años, que dio paso a nuevos levantamientos como el de La Paz el 16 de julio de ese año.
Varios levantamientos se dieron en los seis últimos meses de 1810, se trataba de Cochabamba, Oruro y Potosí, pero también otros significativos como en Santa Cruz y Tarija, años más tarde; en el primero participa Manuel Titichoca como cabecilla, ante esta revuelta, desde la Audiencia de Charcas piden que se apague la llama de la revolución que surgía, fueron Francisco del Rivero, Esteban Arze y Melchor Guzmán, quienes debían cumplir esa misión, sin embargo, desconocen la autoridad de quien les da la orden y se proclama la independencia de Cochabamba el 14 de septiembre, en ese momento forman una junta de guerra y deciden en un cabildo apoyar la liberación del virreinato de Buenos Aires el 25 de mayo de 1810, quienes ya habían dado el paso para librarse de los españoles.
La segunda revuelta sucede en un sitio geográfico privilegiado, como era Oruro región ubicada como paso hacia La Paz y Potosí, ocupada por los realistas, que fueron vencidos en el levantamiento del 6 de Octubre del mismo año, encabezada por Tomás Barrón, después, este personaje se uniría a Del Rivero que fue protagonista en Cochabamba.
El 10 de noviembre, en Potosí se realizó un cabildo y el pueblo decide remover del cargo al gobernador Francisco de Paula Sanz, con esta proclama se unen también a la Junta de Buenos Aires.
Tras la victoria en Cochabamba, Francisco del Rivero se traslada a Santa Cruz y determina la destitución del subdelegado Pedro Toledo el 24 de septiembre y posesiona en el cargo a Antonio Vicente de Seoane que forma la junta independentista el 27 de mayo de 1811 que era independiente de la de Cochabamba.
En Tarija, como en otros sitios, se forman grupos de insurgentes, destacando Eustaquio "Moto" Méndez Arenas, siendo quien encabezó al ejército patriótico que luchó contra los españoles en la denominada Batalla de la Tablada, consolidando la gesta libertaria de Tarija el 15 de abril de 1817.
En este periodo surge la flamante figura del que en la historia queda como el Libertador, Simón Bolívar, personaje que junto a sus tropas llega a contribuir en varias batallas importantes para la búsqueda independentista, como en Venezuela, Colombia, Ecuador y Perú; el Libertador tenía una firme idea de unificar en una sola nación a todos los pueblos liberados del yugo español, pero pese a los gritos libertarios de varias ciudades, la Corona española continuaba teniendo dominio en varias partes del Alto Perú.
En las tropas de Bolívar estaban militares de prestigio como el Mariscal Antonio José de Sucre, Andrés de Santa Cruz, Agustín Gamarra y Burdett O´Connor. Las batallas de Junín y Ayacucho prácticamente decidieron la suerte de los españoles, ambas desarrolladas en el Perú.
Mientras tanto, en el Alto Perú, las tropas comandadas por Pedro Antonio de Olañeta son derrotadas en la batalla de Tumusla en Potosí, lo que facilitó el ingreso de las tropas colombianas a este sector del continente y conquistarlo sin disparar un solo cartucho.
Tras 16 años de lucha por la independencia de la República y la creación de un país propio, el Gran Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre, expidió el Decreto del 9 de febrero de 1825 donde convocó a una Asamblea Deliberante para definir el futuro de la nueva nación.
En primera instancia esta asamblea debía desarrollarse en Oruro el 3 de junio, pero a pedido de los más viejos leguleyos, de no poder llegar a tierras altas por su avanzada edad, se decantó por elegir a Chuquisaca como el lugar de la discusión del futuro de la nación, se programó esta acción para el 24 de junio, pero nuevos retrasos hicieron que sea recién el 10 de julio la fecha para comenzar a deliberar.
Presidió la Asamblea Deliberante José Mariano Serrano y lo acompañó en la vicepresidencia José María Mendizábal conjuntamente 48 representantes de las provincias alto peruanas.
Los únicos veteranos de la lucha por la independencia que asistieron a la cita fueron José Miguel Lanza y José Ballivián, quienes presenciaron cómo las deliberaciones se prolongaron hasta el 28 de julio para posteriormente, en agosto, decidir si las provincias del Alto Perú se unirían a la Argentina o si se declaraban autónomas de todas las naciones tanto del Nuevo como del Viejo Mundo.
La decisión final fue dar curso al sentimiento mayoritario de todos quienes participaron de la asamblea, el cual era ser una nación independiente. En ese marco, se formó una comisión para redactar la Declaración de la Independencia formada por José María Serrano, Casimiro Olañeta, Manuel María Urcullu y José María Mendizábal.
El Acta de la Independencia, que lleva la fecha del 6 de agosto de 1825 en honor a la Batalla de Junín que se produjo un año antes, dice en su parte expositiva: "El mundo sabe que el Alto Perú ha sido, en el continente de América, el ara donde se virtió la primera sangre de los libres y la tierra donde existe la tumba del último de los tiranos".
En tanto, en su parte resolutiva señala: "Las provincias del Alto Perú firmes y unánimes en tan justa y magnánima resolución, protestan ante la faz de la tierra entera que su voluntad irrevocable es gobernarse por sí mismas y ser regidas por la constitución".
Asimismo, la Asamblea decretó que el nuevo Estado llevaría el nombre de Bolívar en honor al libertador Simón Bolívar, quien era declarado padre, protector y primer presidente. En tanto, se nombró a la ciudad de Chuquisaca con el nombre de Sucre en honor al Gran Mariscal Sucre, también se fijó los colores del Pabellón Nacional donde el verde debía ir en los extremos y el rojo en el medio, a lo que se añadió cinco estrellas color oro rodeadas de ramos de olivo por decreto del 17 de agosto de 1825.
En las posteriores sesiones y antes de que la Asamblea Constituyente quede cesante, tomó la palabra el diputado Manuel Martín para solicitar a sus colegas, tras una exposición gramatical y buscando una derivación correcta y eufórica que fuera sustituido el nombre de República de Bolívar por el de Bolivia.
El diputado argumentó que, si de Rómulo se derivó Roma, de Bolívar debía ser Bolivia. La iniciativa fue aprobada por el congreso deliberante y se sancionó mediante Ley del 3 de octubre de 1825, sustituyendo el primitivo nombre del nuevo Estado.
REFERENCIAS:
Mesa G.C.D.; Mesa J. de; Gisbert T. "Historia de Bolivia" (2012); La Paz-Bolivia Editorial Gisbert (VIII edición)
"Presidentes de la República"
de Floren Sanabria.
"Historia de Bolivia"
de Alcides Arguedas.
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