Ferdinand Saussure, un eminente filólogo ha legado la importantísima comprensión de la naturaleza del signo lingüístico, aclarado brillantemente en el significado y el significante. Muchos no conocen a Saussure y su vital obra; el motivo estriba en que a los textos científicos se les escudriña el contenido y se atenúa o mejor, se relativiza al autor; por lo contrario, en las obras literarias se realza y exalta al autor.
Así, para algunas personas, como refleja Saussure, la lengua reducida a su principio esencial es una nomenclatura, es decir, una relación de términos que corresponden a otras tantas cosas. Esta percepción es criticable pues supone que ideas ya formadas preexisten a las palabras; y no nos infiere si el nombre es de naturaleza vocal o psíquica, así, por ejemplo un árbol puede considerarse a partir de uno u otro aspecto; por último permite suponer que el vínculo que une un nombre a una cosa es una operación sencillísima, lo cual no es cierto. Sin embargo esta percepción simplista nos acerca a la verdad mostrándonos que la unidad lingüística es una doble formada por la proximidad de dos términos.
El signo lingüístico no es una cosa y un nombre, sino un concepto y una imagen acústica que no es el sonido material, sino la huella psíquica de ese sonido; es la representación que de él nos da el testimonio de nuestros sentidos; es sensorial.
El sociólogo Hugo José Suárez, basándose en los profundos estudios de Saussure, desarrolla algo excepcionalmente útil que es el método de análisis estructural como un instrumento metodológico que se inscribe en la sociología de la cultura; es una técnica de descripción estructural y análisis de datos empíricos. El precitado método es idóneo tanto para las investigaciones de las estructuras simbólicas como para otros enfoques como el de una tesis académica de pre o posgrado.
El método de análisis estructural de contenido ostenta cuatro pasos concretos: los principios del método, las bases técnicas, las estructuras simbólicas y, finalmente el esquema de la búsqueda. El método asume mayor eficacia cuando se lo utiliza en investigaciones cualitativas que analizan valores, creencias, jerarquías morales, éticas etc. Su uso debe ser riguroso en la identificación de códigos y en la construcción de gráficos. Es un trabajo intelectivo arduo, de muchas horas, con resultados altamente satisfactorios.
Los dos principios básicos del análisis estructural de contenidos son el de oposición que surge a través de la confrontación con los opuestos; es decir, un ordenamiento binario del mundo y la asociación que son los códigos disyuntivos asociados con otros para formar redes de sentido, que es posición del sociólogo A.J. Greimas. Las bases del método son la palabra y su oposición que forman una totalidad, y cada elemento desempeña un papel determinante en la comprensión del otro y de la propia totalidad y, sin conocer una, no se entendería el significado de la otra. Las estructuras simbólicas pueden ser de estructura paralela, en abanico y cruzada.
El método asume mayor eficacia, cuando se utiliza en investigaciones cualitativas que analizan valores, creencias, jerarquías morales, éticas, etc. Este método, con sus ventajas y límites, obligará al investigador a enfrentarse con materiales empíricos y tratar de comprender y organizar descriptivamente los sentimientos y percepciones de los actores, que es un trabajo muy motivador en un proceso de investigación.
(*) Abogado corporativo, posgrados en Interculturalidad Educación Superior, Arbitraje y Conciliación, Derecho Aeronáutico, doctor honoris causa (IWA-Cambridge University), escritor
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