Pocas personas, pero realmente pocas deben mostrarse al mundo tan antipáticas como el líder de Corea del Norte, don Kim Jong-un quién es el líder supremo de su nación por obra de la herencia dejada de su abuelo a su papá y de este a él, en una cadena sucesoria que no contempla la más mínima posibilidad de alguna forma más democrática de suceder el poder.
Este señor cuyo peluquero debe ser ciego, asumió el gobierno de su nación bastante joven, tras la muerte de su papá que también recibió el mando de la misma manera, a sus 29 años tuvo mucho poder en sus manos y claramente el mundo se dio cuenta en poco tiempo, que no tenía la madurez necesaria para semejante responsabilidad.
Si bien Corea del Norte, por su política comunista, no pudo tener el mismo desarrollo económico y social que su hermana del sur, para poder mantenerse fuerte frente a sus vecinos y no sucumbir al nefasto capitalismo como lo hizo su padrino la Unión Soviética o Vietnam e incluso China, gran porcentaje de sus recursos económicos los destinan a la producción de armas y a mantener unas Fuerzas Armadas que luzcan ante el mundo como una potencia capaz de poner al mundo con los pelos de punta.
Las diferentes noticias de que hizo matar a su ministro de Defensa porque se quedó dormido en un discurso o que hizo matar a su exnovia acusada de vender pornografía porque tocaban música prohibida por el régimen (rock) sumadas a las versiones de que a su tío lo hizo devorar por una jauría de perros salvajes o que él se deleita cuando a los sentenciados a muerte los ejecuta con proyectiles de artillería antiaérea, son de por sí hasta increíbles, pero no dejan de ser versiones noticiosas difundidas por las más importantes cadenas de noticias, e imposibles de certificar por las estrictas medidas de seguridad que reinan en ese país.
La única muerte encomendada realmente certificada es la de su hermano, a quien hizo asesinar envenenado como lo confesaron las sicarias que fueron detenidas en Hong Kong, que confesaron su delito y reconocieron al verdadero responsable.
Todas estas situaciones mostraron a todo el planeta que nuevamente un personaje con poca cordura estaba a la cabeza de un país, pero eso no era lo más grave, lo realmente preocupante era que como nadie este personaje estaba enfocado en la preparación de misiles balísticos con ojivas nucleares capaces de alcanzar territorio norteamericano y sumado a ello, contaba con el apoyo de Rusia y China, por lo que una acción directa de Estados Unidos estaba automáticamente frenada por estas dos potencias que decían ser capaces de responder si Corea del Norte era atacada por los gringos.
Como Donald Trump no es un ser muy equilibrado que digamos, daba la impresión que estábamos en las manos de dos temerarios a quienes no les iba a temblar la mano ni un poco si se les antojaba apretar el botón.
De todos modos, no dejaba de ser una riña de gallos machitos donde parecía que había más ruido que nueces y que mientras amenazas iban y amenazas volvían, no existían evidentes muestras de una acción directa desde ninguna de las dos partes y esto al menos a mí, me parecía bastante sospechoso.
En cierta oportunidad, cuando Obama era presidente, el líder de ojos rasgados invitó a un partido de demostración a Dennis "el Gusano" Rodman, una especie de Diego Maradona de la NBA con similitudes tanto en lo deportivo como en la vida privada, quien a su retorno a los Estados Unidos declaró que lo único que quería Kim Jong-un era que el premier americano lo llamara por teléfono y que con eso bastaría para que deje de "molestar".
De pronto, de la nada, Trump y Jong-un se empiezan a acercar, sus cancilleres hacen acuerdos y pese a que una de las cumbres fue postergada y la segunda estuvo al punto del fracaso, el 11 de junio pasado, el Hotel Capela de Singapur fue testigo del choque de manos entre los dos líderes y de la absoluta distención de todas las amenazas que hizo sentir a la humanidad como no lo había hecho desde la crisis de los misiles en Cuba en 1962.
Pero, qué es lo que realmente sucedió para que un personaje que parecía ser todopoderoso e incapaz de sentir el más mínimo remordimiento y que estaba dispuesto a hacer sentir a los Estados Unidos un dolor como nunca lo había sentido, de pronto se ve sumergido en un silencio absoluto, se ha llamado a la paz total, está desmantelando todas sus bases de misiles sin pedir nada a cambio y de paso está cediendo para el reencuentro de las familias coreanas en la zona desmilitarizada que divide a ambos países.
Que Trump haya llegado con un mensaje de paz y amor y que haya subyugado a su par norcoreano al extremo de pedirle todo sin darle nada y que de paso ni rusos ni chinos digan absolutamente nada resultaba más que extraño, hasta que ciertas informaciones empezaron a filtrarse y la razón (sin ser oficial) salió a la luz pública.
Desde el apogeo de la Unión Soviética, los países de la línea comunista acostumbraron a hacer desfiles militares realmente pomposos, en el caso de los chinos por ejemplo, son espectáculos dignos de admiración y los norcoreanos no se quedan atrás. Este último 27 de abril Pyongyang hizo alarde de su poderío militar a los ojos del mundo, pero esta vez, inteligencia americana e israelí, le puso mucha más atención que la que ponía antes y las cámaras vieron más de lo que los marchantes querían mostrar.
En resumen, los enormes cohetes, los atemorizantes misiles y los millones de armas que portaban los marciales soldados, todos eran falsos y al parecer, las amenazas de don Kim se vieron desnudadas como las puras paradas de machito gritón que a la hora de la verdad no tenía ni un cohetillo para hacer bulla. Parece que los gringos les dieron la oportunidad de ahorrarles la vergüenza pública y que su actitud de pacifismo de última hora se vea más bien como un acto de nobleza, aunque no falta el mal pensado que dice que ello obedece a un deseo de Trump de ser nominado al Premio Nobel de La Paz.
Lo cierto es que las mentiras quedaron desnudas y que lo único que lograba de Kim Jong-un haciendo semejantes muestras de poderío militar desfilando ante sus ojos era engañarse a sí mismo y quedando muy mal parado.
Para este 6 de agosto próximo cuyo festejo será en Potosí, el gobierno está llevando nuevamente a los funcionarios públicos para hacer acto de presencia y presentar un contrapeso a los colectivos ciudadanos que también estarán en la ciudad del Cerro Rico.
Después de las últimas encuestas en las que la preferencia electoral del presidente apenas llega al 25%, tener gente llevada a la fuerza a vitorearlo parece ser más una auto mentira piadosa que ya no los debe engañar ni a ellos mismos y que puede que más tarde que temprano los tenga tan silenciados como el líder del horrible peinado.
Si un gordito se compra ropa de dos o tres tallas más grandes para que le baile, no significa que está flaco, significa que sigue gordo y que además no sabe vestirse y aparentemente eso es justamente lo que le van a hacer al gobierno en estas fiestas patrias.
(*) Paceño, stronguista y liberal
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