Lo notable de este entripado es la inusual reacción que despertó en el gremio de comunicadores sociales, donde no faltaron quienes que se solidarizaron con el colega y los detractores que, en esta controversia encontraron la oportunidad de sacar a flote sus más bajos instintos de frustración y envidia.
Es el caso de la exministra de comunicación Amanda Dávila que, en un principio, aunque lo haya matizado más tarde, expresó su apoyo asÃ: "El expresidente Carlos Mesa no deberÃa ir a la cárcel ni hoy ni mañana pues actuó, durante su gestión, contra la mafiosa chilena Quiborax en defensa del paÃs; eso no tiene precio, pienso yo". Asimismo, el caso de la exministra de Defensa Legal del Estado, MarÃa Cecilia Rocabado que exime al expresidente al manifestar: "Quiborax era una empresa ficticia y operó cuatro años en esa condición, teniendo deudas por daños ambientales y un juicio tributario por un millón y medio de bolivianos".
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