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Domingo 29 de julio de 2018

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Revista Dominical

ECONOMÍA DE BOLSILLO

Economía y sistemas económicos (Parte 1)

29 jul 2018

Por: Joshua Bellott Sáenz M. Sc.

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"Economía de Bolsillo" es una Columna Periodística semanal que será publicada en la Revista Dominical del Periódico LA PATRIA. Pretende poner en manos de los lectores, algunos conceptos y análisis desde una perspectiva económica, que estén al alcance de todos los ciudadanos (en el bolsillo). Es por esto que quiero agradecer la oportunidad que me da el Periódico LA PATRIA para transmitir algunas de mis preocupaciones desde mi formación como economista orureño.

Esta columna está dedicada a todos los ciudadanos que deseen conocer algunos conceptos básicos de economía para aplicarlos en el análisis de los problemas económicos y sociales de nuestro país, principalmente. Asimismo, se pretende dar a conocer datos o indicadores económicos que permitan sustentar argumentos y análisis del autor; y más importante aún, aclarar conceptos, vocablos o teorías económicas mal usadas o equivocadas que se posicionan en el ideario social.

En este sentido, pasamos a desarrollar el primero de una serie de tres publicaciones dedicadas a cuestiones básicas de la economía, pero de gran importancia en nuestros días.

La economía es una ciencia que se ocupa del bienestar de las personas, de la sociedad y del país. La economía está enfocada en el hombre, como centro de la sociedad y de la economía de los países. Los recursos naturales y ambientales, así como todas las actividades de las personas en una sociedad, sólo tienen relevancia y valor si son útiles o les sirven a los hombres, o sea, si les produce mayor bienestar.

Es así, que dado el desarrollo histórico de la humanidad se reconocen a distintos sistemas económicos creados por distintas sociedades que tienen un solo objetivo: el bienestar. Podemos citar "dos extremos", respecto a estos sistemas: El Sistema Económico de Libre Mercado y el Sistema Socialista.

Según los libros básicos de economía existe entre estos dos sistemas, dos diferencias marcadas: la propiedad de los medios de producción y los objetivos de política económica. En el libre mercado, se reconoce la propiedad privada de los medios de producción, lo cual significa que se reconoce la propiedad privada en todos los ámbitos, o sea, podemos tener nuestra propia casa, nuestra propia empresa y ser dueños de las ganancias que ésta produce, así como ser libres de producir y consumir lo que el mercado nos provee de acuerdo a los gustos y preferencias, con una restricción o limitación en cuanto a nuestro ingreso. Y respecto al objetivo de la política económica, éste está dirigido por las necesidades y preferencias individuales, o sea, se supone que si la política económica logra mejorar la vida de un individuo o de una familia, la suma del bienestar de cada uno de ellos, tendrá como resultado el bienestar social.

En cambio en el Sistema Socialista, los medios de producción pertenecen al Estado, con la idea de que el Estado somos "todos", lo que en la práctica significa que no existe propiedad privada y todo pertenece al Estado o al "gobierno" (las casas, las empresas, las ganancias, etc.). Respecto a la política económica, los objetivos de la misma están enfocados hacia la sociedad y no así en el individuo. Traduciendo esto último y por poner algún ejemplo extremo, si el gobierno quiere que todos tengan ropa para vestir, y sólo el país cuenta con tela de color verde, pues todos deberán vestir así, sin importar si a alguien le gusta también el rojo o el amarillo. Los objetivos son "sociales" y no "individuales". Es por este último argumento que al sistema socialista se le reconoce un tinte de mayor igualdad y en pro de las personas de escasos recursos. Por otro lado, el Sistema Socialista es también conocido como un sistema de planificación central.

Lo cierto es que nunca en la historia de la humanidad se han aplicado los extremos en cuanto a Sistemas Económicos, aunque obviamente han existido aproximaciones a un extremo o al otro; y en los hechos, se tuvieron sistemas económicos mixtos.

En Bolivia, como en muchos países, pese a que siempre se reconoció la propiedad privada, se tuvieron épocas en las que el Estado participaba de manera importante en la economía con empresas propias para todo tipo de bienes, política que casi siempre terminó en fracaso debido a la corrupción y a la ineficiencia de las mismas. En este punto, la teoría económica actual aconseja que los bienes que tienen mercados completos y no son bienes estratégicos para el país deben ser encomendados a los privados, por lo que el Estado sólo deberá participar en la producción de bienes estratégicos y "bienes públicos o cuasi públicos".

Un bien público es aquel que cumple con dos características: la no exclusión y la no rivalidad. La primera característica significa que el consumo de este bien por parte de una persona no excluye que otra también pueda consumirlo. Esto implica que todos se creen con el derecho de contar con dicho bien. El aire es un bien público puro. Y la no rivalidad, significa que este bien no tiene competencia, o sea que, pocos pueden proveerlo. El agua, la electricidad, la gasolina, la salud y la educación, entre otros, pueden ser considerados como bienes públicos o cuasi públicos; y para los cuales el Estado debe estar encargado de su producción y distribución.

Consecuencia de lo citado, es que la teoría aconseja que el Estado debe tener un papel regulador en la economía, participando solo en la producción de bienes estratégicos y estableciendo políticas que disminuyan las diferencias entre "ricos y pobres", que suele ser un problema no resuelto por el mercado.

Lo cierto es que el Sistema de libre mercado, suele respetar las libertades en todos los ámbitos y el Sistema socialista; al ser un sistema centralmente planificado, suele imponer algunas políticas y medidas económicas, diseñadas por un ideólogo, un cientista social, y lamentablemente a veces, por un político de turno que pretende imponer su manera de pensar y hacer las cosas, y acallar el pensamiento de los demás.

Por último, debemos aclarar que en este mundo capitalista, el éxito de un sistema económico u otro, depende en gran medida de la institucionalidad de un país, o sea, de la fuerza que tienen nuestras instituciones y leyes para poder regular la economía y las relaciones sociales en pro del desarrollo, lo cual depende también en gran medida, de la tan mentada educación.

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