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Domingo 29 de julio de 2018

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Revista Dominical

Las villanas en las telenovelas y en la vida real

29 jul 2018

Por: Ximena Miralles Iporre - Directora de LA PATRIA

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Las telenovelas antiguas tenían argumentos muy claros, con contadas excepciones, pues en la mayoría, las historias a contarse parecían cuentos de hadas trasladados a la pantalla chica, llámese como se llame la misma mostraba a una muchacha pobre cuyas virtudes resaltaban a través de sus trajes andrajosos, por lo que el protagonista, el joven adinerado y poderoso terminaba enamorándose de ella.

La protagonista, pasaba durante la mayoría de los capítulos llorando y sufriendo porque su antagonista, la villana del cuento, al ver que esa pobre niña tan correcta se "robaba" el corazón de su novio, se la pasaba ideando planes para destruirla.

Al final, la pobre protagonista encontraba un buen hombre o una buena mujer, por lo general mayores y adinerados que perdieron hace mucho a su hija de alguna manera y veían en esta muchacha a su retoño perdido, entonces se convierte en su protector o protectora, es decir su padrino o madrina, que al final resulta siendo su verdadero padre o madre, por lo que la pobrecita de la noche a la mañana se convierte en una joven rica y distinguida, además con todo el "poder" que el dinero otorga.

Ah, además que por añadidura la ex pobrecita termina gozando del amor del joven protagonista y la mala termina muy mal parada, o se va para la cárcel, o se muere o termina lisiada, es decir, sufre todo lo que se pasó riendo a lo largo de la novela, con eso supuestamente termina pagando por todo el daño que hizo no sólo a la actriz principal sino contra quienes además ayudaban a salir adelante a la sufrida muchacha.

Entonces, ¿qué nos enseñan esos argumentos? Que el bien siempre triunfa sobre el mal, que para triunfar en la vida, como mujer, hay que ser virtuosa, bondadosa hasta la médula, extremadamente noble, ser bonita, aunque su belleza esté escondida detrás de unos andrajos, suave en su trato, perdonarlo todo y además tener un hada madrina que le ayude a salir de apuros o finalmente terminar casada con un príncipe que la saque de su situación de pobreza.

Sin embargo, algunas de las telenovelas recientes nos la ponen difícil, pues se salen del esquema presentando a unas protagonistas villanas, como en "Teresa", "Rubí" o "La Doña", que muestran a mujeres fuertes, decididas, sabias, seguras de sí mismas, bellas y seductoras, pero a la vez inescrupulosas, despiadadas, mentirosas, manipuladoras, ambiciosas, transgresoras, infieles y traicioneras.

Lo que ocurre en la vida real, a la vez que es una inspiración para las novelas, también es influenciado por lo que se ve en la ficción, por lo tanto, tenderá a repetirse, o inclusive puede ser que la realidad supere al imaginario.

Entonces, analicemos un poco, ¿cuál es el mensaje que quieren transmitirnos los creadores de esas historias?, veamos ¿qué rol se nos quiere asignar a las mujeres a través de esos mensajes que emiten con el argumento de las telenovelas?

Desde que existen los cuentos en la tradición oral, pasaron por el papel y se plasmaron a través de las radionovelas o las telenovelas, se asigna a la mujer dos papeles antagónicos, uno es el de la buena, la virtuosa, la sumisa, que obtendrá lo que quiere a través del sufrimiento y por su cara bonita; el otro es el de la mala, la villana, inescrupulosa que al principio tiene todo porque es una astuta manipuladora, pero que en esa lucha del bien contra el mal siempre sale perdiendo.

En las novelas, llamémoslas "normales", la buena termina casándose con el príncipe, lo que le asegura una larga vida llena de dicha y, las villanas terminan muertas, encarceladas o lisiadas, mascullando su derrota o llorando como castigo a sus maldades.

Y ¿qué ocurre con las otras novelas?, vamos a denominarlas "innovadoras". Lo que pasa es que su protagonista, como es una villana, de todos modos, tiene que terminar de la peor manera, a menos que se deje una sensación de que habrá una secuela y acabará con una interrogación, ¿fin?

Pero es como si se satanizaran ciertos atributos que tienen las villanas, como el ser astutas, inteligentes, excelentes estrategas, preparadas, independientes, fuertes, sabias y seguras de sí mismas, como si aquellos fueran malos de por sí, pues recordemos que en "Teresa", la muchacha enamora a su profesor, sin embargo, si logra sobresalir es en base a su dedicación, su esfuerzo y su inteligencia.

Es como si se transmitiera un mensaje a las jovencitas, de que no deben prepararse, no es necesario que estudien y que sean independientes, sino que deben esperar a que venga un príncipe a salvarlas, alguien que las mantendrá bien económicamente mientras ellas sean virtuosas y sumisas, obedientes y amorosas, atributos que sí deben aprender y mantener durante toda su vida, o se quedarán solas y amargadas hasta que les toque dejar este mundo.

Es cierto que, como seres humanos, todos, hombres y mujeres, tenemos luces y sombras en nuestra naturaleza, es decir, tenemos virtudes, pero también defectos, nadie es completamente malo y tampoco es totalmente bueno, no existe en la Tierra un ser perfecto, al contrario, estamos llenos de defectos, pero somos perfectibles, es decir, que siempre somos susceptibles de mejorar.

Al parecer, un ideal de la sociedad patriarcal es que las mujeres se mantengan buenas, tranquilas, sumisas, que no busquen prepararse, que no quieran superarse a sí mismas, que no sean independientes, porque podrían desplazarlos de su situación de poder y ante una situación nueva y desconocida no sabrían qué hacer.

Sin embargo, los hombres de la vida real, quieren ese tipo de mujer santa solamente en el discurso, pues prefieren y dan la vida por una fémina segura de sí misma, preparada, inteligente, bella y algo transgresora, es más, la mayoría mataría por estar con una villana, pues suelen ser muy bellas, preferirían morir que verse sencillas, de una inteligencia privilegiada, seguras de lo que quieren, de lo que hacen y de lo que son, además sexualmente muy desinhibidas.

Si los varones serían más congruentes quizás también lo serían las damas, por lo que, deben dejar de lado la hipocresía de decir que nos prefieren sencillas, bondadosas, correctas, frágiles, virtuosas, cuando lo que quieren es todo lo contrario.

No obstante, entre los jóvenes ocurre un fenómeno que se podría denominar "vuelco de tortilla", es decir, las cosas están cambiando, y las adolescentes empoderadas son cada vez más seguras de sí mismas, no buscan involucrarse en relaciones amorosas porque han comprendido que hay muchas cosas por vivir antes de hacerlo; por lo contrario, existen cada vez más muchachos que se desesperan por esas chicas y, los que no ven salida ante esa situación que no saben cómo controlar llegan inclusive al suicidio.

Como adultos, debemos pensar con cuidado sobre ¿cuál es el mensaje que queremos transmitirles a nuestros niños y jóvenes?, ¿qué sociedad esperamos que sea la que heredemos a nuestros descendientes? Y actuar en consecuencia, en pos de dejar los lineamientos para una sociedad mejor, con valores, en la que ambos, hombres y mujeres, tengan las mismas oportunidades, los mismos derechos y también las mismas obligaciones.

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