El presente artículo pretende aportar a la discusión sobre la importancia de comprender lo urbano desde el significado de las ciudades y la perspectiva del desarrollo social, se menciona que el modelo de urbanización que se aplica en Bolivia, no solo produce inequidad y desigualdad, segregación y autosegregación, sino también riesgo y vulnerabilidad.
La ciudad policéntrica parece ser la respuesta a nuestro municipio, respecto al crecimiento urbano totalmente desordenado y sin proyección, un modelo policéntrico apuesta por una ciudad compacta que integre los distintos usos en pequeños centros, en este caso dispersos y conectados en nuestros distritos. Se trata de una concepción que abarca el territorio municipal en su conjunto, configurando un escenario en el que la cooperación competitiva a nivel económico, social y medioambiental se articule en múltiples zonas mixtas conectadas por robustos sistemas de transporte y redes de comunicación.
Se debe aplicar este concepto, especialmente en los sectores periféricos y del centro urbano, que sufre los efectos nocivos de la segregación de usos y la deficiente conectividad a los nodos residenciales, laborales y de servicios. En esa línea, es de esperar que proyectos como la Nueva Terminal de Buses sean nuevas oportunidades que, más allá de ampliar la infraestructura de un sistema de transporte que perpetúe la segregación, permitan a los ciudadanos abrirse a un desarrollo planificado y equitativo, que debe enfrentarse con un cambio radical sobre el entendimiento histórico en el crecimiento urbano, orientado al bienestar social.
La significación del concepto de policentrismo ha de entenderse como un proceso y no como una definición acabada, por lo que se deben aportar elementos que nutren, en el sentido de apoyar una definición ciertamente fundamentada en criterios morfológicos, pero también funcionales. En dicho contexto, me equivocaría en decir que un sistema urbano policéntrico debería ser aquel estructurado en varios (poli) centros, que interactúan tanto con su entorno inmediato (formando subsistemas) como entre ellos (estableciendo relaciones de complementariedad). No basta, por tanto, que haya muchos núcleos, sino es necesario también que exista una evidente relación entre los mismos.
El sistema propuesto debe ofrecer condiciones similares en todos los sectores de la ciudad, en términos de accesibilidad, áreas verdes, equipamientos y transporte público, entre otros, debemos poner una pausa al crecimiento desordenado y establecer un nuevo diseño de ciudad de manera balanceada, es decir, que las personas de los distintos sectores de la ciudad tengan similares niveles de cubrimiento de servicios y equipamientos. Esto significa que los equipamientos y servicios deben estar distribuidos de manera homogénea en el territorio, de acuerdo con su escala de cubrimiento. No tener alguno de estos servicios puede generar condiciones de insalubridad, inseguridad, de marginalidad, lo cual conduce a un círculo de mayores diferencias sociales, es decir se trata de que en la ciudad de Oruro no exista población con estas necesidades insatisfechas.
Aparentemente la definición es sencilla, una ciudad con varios centros, en que el tejido urbano se ve dividido en varias zonas de influencia, de alta densidad y esas zonas se interconectan a través de eficientes sistemas de transporte, donde en cada sector la gente vive, trabaja y realiza actividades de ocio.
Sin embargo, en nuestro caso la situación es bastante crítica, la mayoría de servicios, equipamientos y espacios públicos se encuentran concentrados en el centro de la ciudad, lo que genera un impacto en diversas áreas, por ejemplo el colapso de congestión vehicular, concentración masiva de movilidades estacionadas en aceras peatonales, población de sectores alejados deben trasladarse al centro de la ciudad para realizar trámites en general, desfiles de establecimientos educativos o de instituciones, marchas, eventos culturales, deportivos, etc.
Lamentablemente, nuestra población está acostumbrada a realizar sus actividades en un solo sector que es el centro de nuestra ciudad, debe existir otro enfoque de ciudad de tal manera de lograr un confort colectivo, aceptar la desconcentración de actividades y viabilizar proyectos en diferentes zonas de la ciudad, los mismos que generarían nuevos y adecuados núcleos de crecimiento urbano, por lo que lógicamente deberá existir conexión de vías entre los mismos de tal manera de lograr una conveniente relación y transporte entre los mismos.
Oruro necesita un Plan de Ordenamiento Territorial (POT) con urgencia para aplicar este concepto, evidentemente el municipio presentó un POT en la gestión 2016, mediante una empresa consultora de la ciudad de Cochabamba, el documento fue devuelto por el Concejo Municipal, puesto que existían bastantes observaciones de fondo, con realidades que no se adecúan a nuestro municipio, por lo que el POT presentado perjudicaría de gran manera al crecimiento adecuado de nuestra ciudad. Hasta la fecha el Municipio sigue aplicando el Plan Regulador de 1976, un documento ya desactualizado, con el cual la ciudad continúa desarrollando su crecimiento en total desorden, sin embargo, el mismo documento menciona que debe ser actualizado cada cinco años, lo cual no se aplicó desde su creación. Ante todo lo expuesto, nuestro Municipio necesita un instrumento de planificación moderno y por excelencia, tomando en cuenta los conceptos de una ciudad policéntrica.
La antigua Terminal de Buses es un claro ejemplo de su época en cuanto a la ejecución de un elemento del núcleo de crecimiento urbano, puesto que la edificación impulsó al crecimiento de la ciudad. Sin embargo, no se tomó en cuenta la proyección de crecimiento urbano, omitiendo vías de acceso vehicular masivo y conexión entre los demás núcleos existentes y proyectados.
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