Dijo que en muchos casos los jóvenes ven estos factores como algo "normal" o no reconocen los maltratos que reciben de parte de sus progenitores, amigos, compañeros u otras personas cercanas.
"Nos dimos cuenta que el tema de la violencia, el alcohol y la autoestima para ellos es grave, sobre todo los casos (de agresión) que ven en sus casas o el bullying que reciben. A veces ellos no reconocen el maltrato, hay insultos, golpes, malas palabras que no reconocen como violencia, pero que influyen en su autoestima", dijo a ANF.
Por su parte, la facilitadora del Programa Jóvenes Rompiendo Fronteras, Zulma Candelari, relató que en los diferentes talleres que brindó el SJM, a alrededor de 220 jóvenes entre 14 a 17 años de diferentes grados de escolaridad, se observó que un gran número cree que es normal que sus padres se emborrachen los fines de semana y que esa situación derive en casos de violencia.
"No creÃamos que estaba tan normalizada la violencia y el alcohol. Es casi normal, según relatos (historias de vida de los estudiantes), que un papá golpee a la mamá delante de los hijos o que ellos tengan que ir a recogerlos todos los fines de semanas de los locales, porque creen que es normal que sus papás anden borrachos", indicó.
Candelari enfatizó que esa situación pone en riesgo la autoestima y seguridad de los estudiantes, ya que ir por sus papás a altas horas de la noche para llevarlos a sus casas, significa exponerse a riesgos como el asalto, trata y tráfico, entre otros.
"Los recogen (a sus papás) de donde toman, los llevan borrachos y se exponen a múltiples peligros. Aparte tienen que ingeniárselas para que sus papás no se peleen, es complicado, el tema del alcohol es muy grave en El Alto", afirmó.
Ese dato es confirmado por MarÃa (nombre convencional) de 14 años, que contó que desde muy niña tuvo que soportar las peleas y borracheras de sus padres.
En esa lÃnea, Sánchez afirmó que otra de las inquietudes de este sector es el abandono de sus progenitores, muchos dejan solos a sus hijos para ir a trabajar o migrar en busca de mejores oportunidades.
"A mis cinco años me tuve que venir Achocalla por el estudio. Mis padres son de escasos recursos, ellos hacÃan estuco y yo me vine de cinco años, vivÃa solo. He aprendido a cocinar, me levantaba en la mañana, me hacÃa desayuno, cocinaba", relató.
Juan de Dios recuerda que sus padres le decÃan que todo ese sacrificio era para que sea mejor que ellos, pero admite que ese tiempo fue doloroso por la ausencia de sus familiares, sobre todo de su mamá.
Ante esa problemática, el programa organiza espacios de debates para que los jóvenes puedan expresarse y "desahogarse", y a partir de ello se realizan talleres de prevención.
Sánchez indicó que este año se decidió replantear su metodologÃa de trabajo, ya que su programa trataba sobre la migración e interculturalidad, pero que en los talleres tanto de la gestión pasada y este año, salieron a flote temas de violencia, alcohol y abandono que decidieron profundizar junto con especialistas para ayudar a los jóvenes.
Los talleres se realizan cada 15 dÃas y en horario escolar. Esas capacitaciones tienen el objetivo de que los jóvenes se expresen sin miedo, sepan reconocer y diferenciar todo tipo de violencia.
A fines de este mes anunciaron que saldrá un estudio con el tema de los jóvenes de El Alto y sus inquietudes sobre ese tema.
Fuente: La Paz, 18 (ANF)
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