Catolicismo protestantizado, cielo fácil

Si desea usted hacerse «ministro» cristiano en sólo 5 minutos, acuda a «la Iglesia de la Vida Universal» con sede en California, la concesión puede hacerse vía internet, conceden dicho carnet a todo el que lo pida, sin cuestionamientos de fe para toda la vida y sobre todo gratis.

Dentro de este soñador saco, pueden entrar todo género de serpientes y palomas, ya que no se pide ningún costoso noviciado, ni señales de conducta ejemplar, todavía son más generosos que el mismo Jesús, quien exigió a sus apóstoles un austero noviciado de tres años, en su compañía permanente, viviendo su misma norma de vida, sólo así y tras haberles llamado la atención severamente por algunas de sus actitudes poco conformes con el espíritu de Cristo, fueron aceptados en su compañía y nombrados sucesores de su misión en los siglos y en el mundo. Así y todo, uno de ellos no pasó el noviciado, abandonó al maestro y se colgó de un árbol.

Resulta demasiado fácil esta escalada al Cielo. En cambio, Jesús exige conocimiento básico de su doctrina para ser su discípulo. Exige renuncias graves, para poder sumarse a �?l por su camino. Pide sustancialmente una vida de caridad con los hermanos, impone la observancia de los 10 Mandamientos, desea una vida de intimidad con el Padre, llama hijos del diablo a quienes no escuchan su Palabra o no la cumplen una vez escuchada, obliga a cada uno a llevar su propia cruz, que está muy lejos de una vida llena de caprichos y placeres, condena a todo aquel que comete injusticias, y no tiene intención de repararlas.

Son numerosas, desde diversos sectores, y muchas de ellas muy cualificadas, las voces que afirman que el catolicismo continúa sufriendo hoy "un proceso de protestantización". Un proceso que, según algunas de esas voces, sería aún más severo y más grave hoy que en el pasado. Bien puede decirse, que el fenómeno de la Reforma protestante no ha terminado aún y que asistimos en nuestros días a nuevos capítulos de ese proceso y hasta a una radicalización del mismo». Esta singladura marca un momento trascendental cuando el Papa Paulo VI modificó la Misa de siempre para aproximarla a la liturgia protestante.

El P. Miguel Poradowski, ya en 1980 lo denunciaba «Esta innegable presencia del protestantismo dentro de la Iglesia Católica de hoy día parece tener dos fuentes. Una, como en el siglo XVI, en algunos problemas interiores de la Iglesia misma; y otra, (en) la influencia que sobre la Iglesia Católica ejerce el protestantismo, especialmente por los contactos facilitados a raíz del ecumenismo y de cuanto se efectúa bajo su pretexto y abuso».

Claro ejemplo de este tipo de abuso se puede advertir en las afirmaciones del Cardenal Reinhard Marx, Presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, quien cree que los católicos tienen mucho que aprender del heresiarca Martín Lutero y que para la Iglesia Católica la celebración de los 500 años de la Reforma Protestante es algo importante. Una estrategia gradual en su desarrollo y radical en la meta: 1. reforma, 2. regreso al paganismo, 3. ruptura con la civilización latina, 4. judaización del cristianismo y 5. laicización del mismo.

Quienes más insisten en el proceso de protestantización de la Iglesia Católica son los católicos convertidos del protestantismo. Con dolor y sorpresa constatan que aquellos errores del protestantismo abandonados por ellos son propagados ahora por la jerarquía católica.

Un periodista alemán no católico Jan Fleischhauer, editor del influyente semanario secular «Der Spiegel» señala: «Entre los críticos de la Iglesia, el Papa Francisco es muy apreciado debido a su complacencia con el espíritu de la época. Desafortunadamente, él por lo tanto repite los errores que la iglesia evangélica ya ha cometido»... «si no me equivoco, entonces, la Iglesia Católica está repitiendo el error de los protestantes. En su apogeo se encuentra un hombre que muestra un extraño desdén por todo lo que crece gradualmente y es tradicionalmente arraigado y que disfruta sorprendiendo a la gente de la Iglesia con disparates y bromas descabelladas».

Monseñor Athanasius Schneider, obispo auxiliar de Karaganda en Kazajistán afirma al respecto: «La crisis actual de la Iglesia se manifiesta principalmente en estas dos actitudes: una espiritualidad gnóstica y un naturalismo horizontal, cuya raíz está en el antropocentrismo, el cual por su parte es un rasgo típico del protestantismo».

Es un proceso de protestantización multiforme: primero la Misa, luego el sacerdocio, comenzando por el ataque al celibato, que es algo típicamente protestante. Hay un nerviosismo evidente en el clero progresista por no solo igualar el catolicismo al protestantismo, sino hasta en sobrepasarlo: «frecuentemente se nota una cada vez mayor transmisión a los laicos de funciones tradicionalmente reservadas de modo exclusivo a los sacerdotes; incluso se hace sin necesidad ni justificación alguna (como es, por ejemplo, en algunos casos, la falta de sacerdotes), facilitando de esta manera una progresiva disminución de la importancia del sacerdocio ministerial. Incluso se insiste en que la Santa Misa (o más bien lo que se introduce en su lugar) puede ser celebrada por laicos».

La cismática «Iglesia del pueblo» tiene como sus objetivos, precisamente protestantizar completamente el catolicismo, para lo que, y promueven ad intra y exigen, la eliminación del celibato sacerdotal, la ordenación de mujeres al diaconado y al sacerdocio, la elección de candidatos al sacerdocio por la comunidad, y asimismo la elección de obispos.

El reciente Congreso Americano Misionero, el próximo Encuentro Mundial de Familias en Irlanda, el Sínodo de Octubre 2018 y el Sínodo Panamazónico de 2019, están en ese marco protestantizador, ni duda cabe.