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La "tea de Murillo" sigue encendida en el corazón de los paceños - Periódico La Patria (Oruro - Bolivia)
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Lunes 16 de julio de 2018

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La "tea de Murillo" sigue encendida en el corazón de los paceños

16 jul 2018

Fuente: LA PATRIA

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"La tea que dejo encendida, nadie la podrá apagar", sentenció Pedro Domingo Murillo hace ya 207 años de su muerte, pero esta frase caló hondo en el corazón de todos los paceños, que hasta ahora la recuerdan, y no solo eso, sino que la mantienen

viva en el día a día, como un pueblo pujante y que siempre estuvo en pie de lucha por la soberanía e independencia de Bolivia.

Si bien la mítica frase del prócer paceño corresponde al día de su muerte, el 29 de enero de 1810, ésta se ha vuelto un símbolo de la conmemoración que año tras año se hace, de la revolución del 16 de Julio de 1809, en la que precisamente Murillo, junto a un grupo de valientes hombres con ideales libertarios, decidieron empezar a sentar las bases para la independencia boliviana.

Este 16 de julio pues, no solo es la efeméride del departamento de La Paz, sino que además es un recordatorio para todos sus habitantes y la bolivianidad en general, de que aquellas acciones fundadas en ideales de libertad, no pueden ser aplacadas fácilmente, sino como la "la tea de Murillo", persisten vivas en las mentes y corazones de quienes tienen el mismo anhelo.

HISTORIA

El ambiente previo al 16 de Julio, favoreció mucho a la revolución de Murillo, pues debido a problemas políticos en España y a los problemas de ésta con Francia, había cierta inestabilidad que fue bien aprovechada por aquellos que ya empezaban a germinar ideas libertarias en su cabeza; la mayoría de ellos criollos o mestizos, que por su condición no podían alcanzar puestos de importancia en los gobiernos locales de la América "española", a pesar incluso de su fortuna.

Es así que previamente se da en Chuquisaca, la llamada

Revolución del 25 de mayo de 1809, en la que prácticamente empezó a surgir la idea independentista, que fue regada después por el resto del país.

Es así que algunos emisarios de Charcas, llegaron a La Paz, donde junto a líderes criollos empezaron a planear un levantamiento.

�ste llegaría el 16 de Julio de 1809, en la que los revolucionarios a la cabeza de Pedro Domingo Murillo, aprovecharon la procesión de la patrona castrense, la Virgen

del Carmen, y que les habían dado licencia a las tropas; para iniciar esta revuelta, en la que tomaron el cuartel de Veteranos, arrestaron a oficiales y convocaron al pueblo a "campanazo limpio", para efectuar un cabildo abierto.

En el cabildo, se decidió deponer al Obispo de La Paz Remigio de la Santa y Ortega, además del gobernador intendente Tadeo Dávila. Asimismo se dispuso que Murillo asumiera como Comandante Militar de la Provincia con el rango de Coronel.

Se constituyó también la Junta Tuitiva, un ente por demás importante para la implantación masiva del ideal independentista, que tuvo a su cargo el gobierno de la ciudad y estaba compuesta por 12 miembros, encabezados por Murillo.

La Junta Tuitiva efectuó una proclama el 27 de julio que en su parte central expresa: "Compatriotas: Hasta aquí hemos tolerado una especie de destierro en el seno mismo de nuestra patria; hemos visto con indiferencia por más de tres siglos sometida nuestra primitiva libertad al despotismo y tiranía de un usurpador injusto que, degradándonos de la especie humana, nos ha mirado como a esclavos; hemos guardado un silencio bastante parecido a la estupidez que se nos atribuye por el inculto español� Ya es tiempo, en fin de levantar el estandarte de la libertad en estas desgraciadas colonias".

Ante esta situación, los realistas reaccionaron y tras algunos meses alistando debidamente la acción represora,

finalmente se enfrentaron a las tropas de Murillo en Chacaltaya el 25 de octubre, logrando su dispersión y la ejecución y arresto de muchos líderes de la revolución.

Murillo logró huir, pero en diciembre lograron apresarlo en Zongo, desde donde lo llevaron a La Paz y el 29 de enero fue colgado junto con otros miembros de la Junta y de la revolución. "Compatriotas, yo muero, pero la tea que dejo encendida nadie la podrá apagar, ¡viva la libertad!", expresó.

Fuente: LA PATRIA
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