El aeropuerto de El Alto no promueve su subsistencia

Autoridad significa investir el cargo sólo para cumplir una máxima que nos legaron los sabios filósofos griegos "servir al pueblo", que según la Ciencia Política es el único camino para ser un político que labre historicidad. Cuando las autoridades competentes que rigen una región no se han educado por simple amor propio y dignidad a interpretar la lectura de la gestión y las estadísticas que le provean la idea de lo que se debe hacer, no mañana, sino ahora, entonces, se trata de una autoridad mediocre y temerosa y sin formación adecuada para responder a la dimensión del cargo.

Ahora El Alto debe afrontar problemas muy significativos como el anuncio de cese de operaciones de una empresa tan importante como American Airlines que sólo operará desde Santa Cruz, precisamente por los elevados costes operativos que establece Sabsa-Nacional, comprendidos en alquileres de locaciones para la atención de pasajeros, tarifas por aterrizaje y despegues, servicios de rampa, radio ayudas y otros cargos que completan la operación de una línea aérea.

El lector se preguntará sobre la decisión de una compañía de alto rango, la más grande del mundo que deja de operar en La Paz; la respuesta es estrictamente económica y por la deficiente prestación de servicios. Las líneas aéreas son muy susceptibles a los costes operativos pues conducen sus operaciones con regímenes de ahorro estrictos. Se extrañará desde La Paz, un cómodo enlace directo a los EE.UU. y el aeropuerto de El Alto dejará de percibir la presencia diaria de una prestigiosa compañía aérea.

Con esa ausencia el aeropuerto se acercará peligrosamente al umbral de horas de ociosidad en la actividad, precisamente, y no por otro motivo negligente que sus autoridades no promueven las operaciones en el aeropuerto de El Alto en otros países y sus respectivas líneas aéreas con tarifas atractivas y servicios diligentes y profesionales; cuanto más líneas aéreas operen en un aeropuerto mayor será la rentabilidad, mejores y estimulantes los salarios a sus empleados, además de alejar el espectro de horas de ocio.

Lo más paradójico es que las estadísticas recientes arrojaban y sin discusión que, el aeropuerto de El Alto era, repito era, el que más tráfico generaba y era el distribuidor principal para los otros aeropuertos, sin embargo, es el aeropuerto que menos atención ha merecido, pues no se puede defender lo indefendible al constatar la que la privatización de los aeropuertos por 25 años ha sido un verdadero fracaso, pues al aeropuerto de La Paz sólo le han hecho el favor de maquillajes irrelevantes, pues quien conoce tangencialmente el desarrollo y las exigencias de un aeropuerto con ese flujo de operaciones sabe que El Alto ya está obsoleto.

Se sigue operando en una sola pista la 09 y la 27, y otra pista auxiliar es imprescindible como lo saben los controladores aéreos que realizan su trabajo con equipos anacrónicos, y este columnista no ha preguntado a nadie sobre ello, ha trabajado dos décadas como Director General de una importantísima línea aérea europea y conoce íntimamente estos problemas.

Es viable iniciar negociaciones con las principales administraciones y constructoras de aeropuertos, sobre todo europeas: AENA, aeropuertos franceses o alemanes, para lograr un convenio de construcción de un nuevo aeropuerto de última generación, llave en mano, sin contraparte económica, a cambio de la administración del mismo con un término de tiempo a negociar, totalmente entendible, para que la empresa elegida recupere su inversión y el Estado incorpore a su patrimonio un aeropuerto moderno.

Todos los aeropuertos son generadores de riqueza y conexión con el mundo, no sólo por el flujo considerable de pasajeros sino por el intercambio de mercancías y carga diversa, que es sin discusión un ítem de producción de réditos incomparable, no sólo para el que envía la mercancía, que recibe el precio de ella con anticipación, sino para aquel que la solicitó, que la vende inmediatamente con rédito y sin dilaciones, pues el transporte aéreo facilita, cuando se hace reserva de espacio en la bodegas de carga, está capacitado a entregar la mercancía en menos de 15 horas, tomando en cuanta distancias considerables, es decir, de un continente a otro; quien recibe la mercancía la puede comercializar inmediatamente; el lector haga la comparación con el transporte marítimo.

La construcción de un nuevo aeropuerto facilitará la revitalización de aeropuertos que por su infraestructura están todavía ociosos en su capacidad, como el de Oruro, que está novísimo, pero no registra las frecuencias necesarias de vuelos para convertirlo en rentable, también alimentaría a Uyuni y los aeropuertos que se puedan habilitar en Los Yungas, el único y más admirado microclima del mundo. Un aeropuerto moderno en La Paz, facilitará el tráfico regional con estos aeropuertos pequeños e importantes con aviones pequeños, después de arribar a La Paz en un avión de gran capacidad. Ahora La Paz dispone del nuevo aeropuerto de Copacabana y no crean las autoridades que las líneas aéreas pulularán para operar, es preciso motivarlas con tarifas irresistibles para lograr presencia diaria de vuelos.

No volvamos a recuerdos tristes con la pérdida de dos extraordinarias y prestigiosísimas líneas aéreas europeas como Lufthansa e Iberia, que dejaron de operar por las desmedidas pretensiones de la desaparecida LAB, que pretendía recibir porcentaje por rutas no voladas por ellos. Estas dos aerolíneas operaron por más de dos décadas en un aeropuerto de El Alto, imposible por sus falencias.

Este gobierno se ha preocupado por este rubro y es el único que puede registrar las más numerosas inauguraciones de aeropuertos, empero, debe ordenar a las autoridades específicas que promuevan a todos los aeropuertos de Bolivia.

Una gestión positiva que debe ser reconocida es la seguridad de los pasajeros al haber concretado la radarización completa del país con el gobierno francés, cuya industria en radares de última generación es óptima.

(*) Abogado, posgrados en Derecho Aeronáutico, Arbitraje y

Conciliación, Interculturalidad y Educación Superior, Docencia en Educación Superior, doctor honoris causa

(IWA-Cambridge University), escritor