Domingo 15 de julio de 2018
ver hoy
Terminó el dÃa lluvioso;
de la lluviosa noche
la sombra el cielo cubre
con plomizo vestido.
Lo mismo que un espectro,
detrás de la pineda,
la luna, rodeada de niebla,
ha aparecido.
Todo inspira en mi alma
una angustia sombrÃa.
Allá lejos la luna brilla
en pleno fulgor;
allá el aire rezuma
tibieza vespertina,
allá la mar agita su manto
de esplendor
bajo el azul del cielo.
Es el momento:
ahora va ella por el monte
a las costas hundidas
por las ruidosas olas.
Allá, bajo unas peñas
escondidas,
ahora está ella sentada,
entristecida y sola.
SolaÂ? delante de ella
ninguno llora o sufre,
sus rodillas de besos
nadie en éxtasis cubre.
SolaÂ? sin que a los labios
de amante alguno entregue
ni hombros,
ni húmedos labios,
ni sus senos de nieve.
De su amor celestial
ninguno es digno.
¿No es Cierto?
Sola estás� lloras�
yo estoy tranquilo.
Pero siÂ?