No obstante, una vez que Fidel Castro dejó el poder, y quizás el desarrollo de la tecnologÃa, se desnudaron muchas situaciones que se pintaban como las sombras del idÃlico socialismo, pues en primer lugar en Cuba sà habÃan diferencias y algunos eran privilegiados, tal como ocurre en el capitalismo, y por supuesto, los únicos que gozaban de enormes beneficios eran los gobernantes.
La igualdad del socialismo la vivÃan los ciudadanos comunes, quienes no tenÃan poder, y claro, la clase gobernante se encargó de igualar a todos pero sumidos en la pobreza, porque se les vendió la ideologÃa de que la calidad de vida está en tener acceso a la educación, a la salud y no al dinero, y suena muy bonito, un mundo de paz, sin desigualdades, sin discriminación; pero cuando algunos, quienes detentan el poder, despilfarran el fruto del trabajo de los demás sólo para su propio beneficio, y a los ciudadanos no se les deja cambiar su condición de vida, ni se les permite elegir el tipo de vida que desean para sà mismos o para su familia, pueden convertirse en crueles vendedores de utopÃas que ni ellos mismos son capaces de vivir.
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