Lunes 09 de julio de 2018

ver hoy






















¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...
Está cerca Gary Southgate de hacer historia, de situar a la selección de Inglaterra por segunda vez, la primera sin ser anfitriona, en la final de un Campeonato del Mundo.
Han tenido que dejar atrás 28 años, desde que fue cuarta en Italia 1990, para reubicarse entre las cuatro mejores de este torneo. Casi tres décadas y el peso del permanente desengaño.
Y es que Inglaterra, titular de la competición más atractiva del fútbol internacional, con el torneo más igualado y reclamo de las grandes estrellas de este deporte y con un potencial económico sin parangón, ha partido como favorito en cada gran torneo a pesar de su lánguido historial. Un tÃtulo de Campeón del Mundo, como anfitrión.
El Mundial conseguido en 1966 es el único logro inglés, siempre con más sombras que luces. Con más desilusión que aliento. Con más frustración que esperanza.
Es Inglaterra un equipo al que de forma habitual le ha acompañado el glamour. La imagen de los recintos llenos cada semana, la pasión y la emoción de cualquiera de sus partidos y el potencial de sus clubes, convierte su fútbol en un producto ejemplar para el resto del Viejo Continente.
Fuente: San Petersburgo (Rusia), 8 (EFE)