El programa municipal que la promueve como una ciudad maravillosa y preferido destino turÃstico organizó una nueva actividad para festejar la noche dedicada a San Juan, sin fogatas, pero reuniendo a la familia, los amigos, los parroquianos.
El año pasado, los comensales se reunieron en diferentes plazas de La Paz y dieron fin con las provisiones de los cocineros. Este 23 de junio la asistencia fue aún mayor, tanto que en algunos momentos no se podÃa caminar por las veredas. Todo indica que una nueva tradición está implantada en la ciudad y sacará a la gente a la calle, tal como sucede en la Noche de Museos.
Uno de los centros con "sopita caliente" era El MontÃculo. Salieron abuelos, papás, guaguas, amigos, enamorados, Ãntimos. Era un compartir total, no se sentÃa frÃo ni soledad.
Era una muestra de un nuevo filón que desde hace un lustro crece con mucha fuerza en La Paz: los emprendimientos gastronómicos, las ofertas de finos platos con ingredientes que nuestros abuelos ni imaginaban y, al mismo tiempo, transformando los productos de la tierra más antiguos en delicados bocadillos o tapas (otra novedad criolla).
¡Cuánto más crecerÃa La Paz sin el cerco permanente del poder centralista, sin el desgaste cotidiano de marchas y bloqueos, sin la hostilidad de los enemigos polÃticos!
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