Ordenar la ciudad tarea de todos

Debemos empezar el tema señalando que el Concejo Municipal, legisla las políticas públicas necesarias para el ordenamiento urbano, un proceso en el que se involucran muchos actores, empezando por las autoridades que deben dictar normas para que se cumplan y los actores de la cotidianidad, conductores de vehículos de servicio público y particulares, comerciantes de todo tipo, incluyendo en gran números a los informales y se suma la presencia ciudadana, en pos de cumplir sus propios menesteres. En realidad todos involucrados en el cuidado de nuestra activa ciudad.

Es una manera de englobar las responsabilidades que conllevan las diversas actividades que se cumplen en las calles, el espacio público que debería ser utilizado por la colectividad, respondiendo a normas que rigen en ciudades ordenadas y donde la disciplina colectiva es parte de obligaciones y deberes que responsablemente cumple todo ciudadano.

Hay un detalle sumamente importante y es que para exigir el cumplimiento de ciertas medidas, hay que disponer de todos los elementos necesarios para que los ciudadanos sepan lo que deben y no deben hacer. Eso implica la disposición de señalización vertical y horizontal, especialmente dispuesta en las partes y en las zonas de mayor conflictividad urbana.

En la actualidad el congestionamiento en las calles céntricas es uno de los mayores problemas que altera la circulación de vehículos y de personas, la solución debe darse con un reordenamiento de las líneas de transporte público, de manera que más calles y avenidas sean utilizadas para el movimiento vehicular, pero además ordenando la presencia del comercio informal o de algunos almacenes para que dejen el mayor espacio posible, liberado para la circulación de peatones, en las aceras, espacios públicos inalienables para dar seguridad y comodidad a la vecindad.

Los conductores de servicio público deberán recoger y dejar pasajeros en lugares señalados específicamente, los usuarios deberán someterse a la obligación de hacer filas disciplinadas en tales paradas para abordar las movilidades que los transporten. Efectivos policiales y municipales se encargarán de controlar el cumplimiento de la disposición, sancionando a infractores, chóferes o pasajeros.

El comercio informal, quedará prohibido en calles de aceras y calzadas angostas, mientras que en otras especialmente próximas a centros de abasto, no se permitirá a ningún comerciante extender sus negocios en las aceras, bajo pena de fuertes sanciones si se incumple la norma.

Es urgente disponer la ejecución de grandes proyectos, entre estos uno que debería comenzar en su ejecución, el mercado central, pues su habilitación permitirá despejar aceras y calzadas, además de ubicar ordenadamente a centenares de comerciantes en secciones de un moderno centro de abasto.

Hay cosas que deben ser priorizadas, en las cuales necesariamente se implica al conjunto de las autoridades municipales, las que legislan y las que deben ejecutar el cambio de la ciudad caótica por otra menos crítica y en la que comencemos todos a cumplir deberes y obligaciones, una responsabilidad colectivamente solidaria en defensa general del espacio público.

Fuente: LA PATRIA