Loading...
Invitado


Domingo 01 de julio de 2018

Portada Principal
Revista Dominical

Bienvenido fracaso

01 jul 2018

Fuente: Por: Ximena Miralles Iporre Directora de LA PATRIA

¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...

Tomo parte del título de uno de los libros de la psicóloga chilena Pilar Sordo, "Bienvenido dolor", ya que se trata de un texto en el que se ve con otros ojos al dolor, pues en lugar de ser una fatalidad y un motivo para no querer la vida, es todo lo contrario, se lo toma como un aprendizaje necesario para trascenderlo y superarlo, logrando la sanación que llevará a la persona a una vida plena y feliz.

Haciendo una analogía entre ambos títulos, haremos lo que Sordo hizo con el dolor, le daremos la bienvenida al fracaso, no porque nos guste ser perdedores, sino con la visión de aprendizaje para alcanzar el éxito.

Como humanos somos falibles y constantemente cometemos equivocaciones, por lo que a veces, cuando nos ponemos una meta o misión a alcanzar fracasamos, no conseguimos llegar o nos sale mal. Pero la diferencia entre verlo como algo negativo o tomarlo de manera inteligente, hará que caigamos en picada o que sea para nosotros una oportunidad de mejora.

Muchos científicos famosos, conocidos por su genialidad, fracasaron miles de veces antes de alcanzar el éxito, como Thomas Alva Edison, quien se electrocutó muchas veces antes de idear la bombilla eléctrica, y gracias a ese brillante invento ahora muchas personas gozamos de la facilidad para alumbrar nuestros ambientes.

Algunos otros fueron rechazados en instituciones educativas o empresas por ser considerados tontos, raros, retrasados, inútiles y otros apelativos para connotar que eran unos fracasados, pero ellos nunca se rindieron, una vez que descubrieron su talento, dieron impresionantes muestras de genialidad, inclusive en áreas en las que habían sido descalificados.

El fracaso en realidad es una forma de mostrarnos el camino por el cual no debemos transitar, pero de nosotros depende que sea eso y no algo que nos marque para toda la vida hundiéndonos en la depresión o en la negatividad, sino que realmente al aprender de nuestros errores vayamos por la ruta correcta, la que nos lleve al éxito.

Muchos coaches motivacionales nos instan a fracasar, a cometer errores, pero también a aprender de ellos, a superarlos, nos impulsan a buscar otros caminos, otras formas, a corregir lo que hicimos mal y a cambiar nuestro enfoque para triunfar.

Sin embargo, recalcamos en que de nada sirve quedarse en la culpa, hacer de cada error una fatalidad, sino que más bien, debemos desechar la culpa porque es un sentimiento inútil que no nos lleva a ningún lugar, más bien, nos atrapa y mantiene como en un profundo hoyo oscuro, no nos permite ver la salida ni encontrar las soluciones a los dilemas que se nos presentan en la vida, por eso en lugar de quedarnos con la culpa debemos explorar nuevas formas de llegar a nuestra meta, pero pensando como ganadores.

La lógica señala que si algo está saliendo mal debemos cambiar de estrategia, porque, cómo lograremos el cambio si no modificamos nuestra forma de hacer las cosas, ni siquiera nuestra actitud, por eso es importante que busquemos otras vías, y si es necesario hay que preguntar, siempre preguntar, más vale pecar de ignorantes que hacernos a los sabios y quedarnos sin respuestas o seguir cometiendo las mismas equivocaciones.

Por otra parte, están las críticas. Por lo general, cuando hacemos las cosas bien raramente se reconoce o se elogia ese hecho, más son las ocasiones en que cuando nos equivocamos o hacemos algo mal saltan las críticas o los reproches.

Sin embargo, cuando la crítica es ácida o destructiva debemos ignorarla, lo contrario ocurrirá cuando se trate de críticas constructivas, es decir, debemos aprender a escuchar y aceptar cuando una persona nos llama la atención de buena manera y si realmente tiene razón en lo que propone seguir su consejo, puede ser realmente positivo para la situación que estemos enfrentando y ayudarnos a salir del atolladero en que nos hayamos metido.

Por otra parte, algunas personas toman "una" frustración en alguna área de nuestro existir como "el" fracaso de toda la vida, unos lo hacen y se lo echan en cara a otros para hacerles sentir que no valen nada, para descalificarlos, porque su propia estima está dañada y tienen la ilusión de que eso les hará sentir mejor. Y quienes se lo creen pueden deprimirse o entrar en una espiral de negatividad por lo que cuanto emprendan siempre tenderá a salirles mal.

Sin embargo, como se dijo líneas arriba, el fracaso en cualquier cosa que hagamos es algo positivo, porque simplemente nos está enseñando cómo no debemos hacer las cosas para que exploremos otras formas de realizarlas para alcanzar el éxito deseado.

Quienes se sientan fracasados, que sientan que no pueden salir adelante por su cuenta, pueden buscar apoyo profesional en psicología, coaching y otras terapias alternativas que les ayude a ver su valor y descubrir sus talentos para cumplir sus metas y alcanzar la victoria en su vida.

Desde que somos pequeños, los adultos, no por malos sino que ellos también lo aprendieron así, nos enseñan a darle más importancia a los fracasos, a condenarlos y a hacer mofa de ellos, se señala a las personas por sus fallas, y se las llena de culpa en lugar de enfocarse en el problema y buscar la solución, lo cual no debería hacerse, pues es mejor elogiar lo bueno y subir la autoestima de las personas para alimentar en ellas su hambre de triunfo.

Entre los niños y adolescentes se ha hecho costumbre elogiar o agasajar lo malo, es decir, cuando uno es un estudiante mediocre, a quien no le interesa prestar atención y menos obtener buenas notas, sus compañeros lo celebran y lo consideran el tipo genial, el popular de la clase, y a quienes se esmeran en el cumplimiento de sus deberes se les señala, se les pone sobrenombres y se les molesta; actitud ésta que fomenta la mediocridad en lugar de la excelencia.

Es por eso que si queremos una sociedad de triunfadores, de líderes de excelencia, con ganas de alcanzar una tras otra meta productiva, debemos cambiar nuestro enfoque en la enseñanza, debemos fomentar las buenas acciones e ignorar las malas, premiar a quienes sobresalen de manera positiva, halagar y aplaudir a las quienes tienen elevados valores morales y éticos, y una vez más, ignorar a las personas que se comporten en forma negativa.

Fuente: Por: Ximena Miralles Iporre Directora de LA PATRIA
Para tus amigos: