Quemar lo pasado sin fuego

La tradición de quemar las cosas viejas en San Juan data de hace miles de años, antaño se quemaba ropa, papeles, inclusive muebles o llantas con la idea de deshacerse de lo viejo y recibir lo nuevo, además de desalojar las cosas viejas de la casa se tenía la creencia de dejar ir las cosas del pasado que pudieron dañarnos, superándolas y recibiendo nuevas experiencias.

Por eso se encendían fogatas y se ordenaba la casa, sacando todo lo viejo para incinerarlo en la noche de San Juan. La fiesta duraba hasta horas de la madrugada y se compartía en familia, con amistades y vecinos.

Sin embargo, esa práctica se convirtió en muy nociva para el medio ambiente porque eran cada vez más las hogueras que se encendían, en una sola cuadra se podían ver hasta 10 o más fogatas, y eso porque el fuego resalta entre la humareda que se formaba, pues ya no se podía ver, como se dice popularmente, "más allá de las narices".

Según un reporte preliminar de las autoridades municipales, la contaminación se redujo considerablemente, por lo menos en relación al pasado año, por lo que, se calificó la medida de prohibir el encendido de hogueras como exitosa y se piensa seguir en esa dirección. Existen aún nostálgicos por el pasado y no sólo recuerdan la época en que se encendían fogatas, sino que inclusive reclaman por las prohibiciones.

Sin embargo, la sociedad continúa su avance y son cada vez más quienes apoyan la decisión de que no se encienda fuego en la noche de San Juan y simplemente se reúnen para compartir algún alimento y bebida calientes, recordando anécdotas o conversando sobre el futuro, es más, algunas personas no extrañan la antigua costumbre de quemar, sino que se apela al simbolismo y queman los viejos rencores y resquemores a través de la conversación y dejando atrás el pasado, sin necesidad de prender una lumbre.

Fuente: LA PATRIA