Lunes 25 de junio de 2018
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Y la alusión especial, no solo está dirigida a quienes conducen motorizados, particulares o del servicio público, que al no ver, ni escuchar como corresponde es fácil que puedan chocar y por supuesto con graves consecuencias. Sin embargo, el tema va más allá y es que si tampoco los gobernantes y las autoridades en general, no ven ni escuchan al pueblo, es fácil chocar con masas sociales enardecidas, porque no se las atiende oportunamente.
Es una realidad que vivimos cotidianamente, alteraciones sociales que pudiendo ser percibidas en un momento preciso se las deja pasar, hasta que se convierten, ya no en parte del paisaje general que miramos, sino en un objetivo particularizado que obliga a verlo directamente para entender su razón de mayor reflejo en la imagen común.
Lo mismo sucede con el otro elemento, ese que pasa desapercibido, cuando se trata de sólo rumoresÂ?como la canción, son rumores y nada más, empero si pasa a la categorÃa de bullicio, el asunto se complica, porque generalmente deriva en protestas de alto tono que ensordecen al resto de la comunidad que se entera de las cuestiones que afectan a colectivos sociales, disconformes con ciertas autoridades que no escuchan sus demandas. Entonces, gritos, corrillos y gruesos adjetivos se pronuncian en alto volumen, demostrando que no se escucha a sectores en conflicto de la población.
La alusión presidencial de "gobernar, escuchando al pueblo", sólo se cumple en determinados niveles, quizá los más próximos o afines a la estructura gubernamental, porque al margen de tales beneficiarios, son muchos los segmentos que gritan sus demandas, las que son escuchadas muy débilmente por las autoridades que en su caso tendrÃan la obligación de escuchar el clamor popular y disponer medidas para calmar los ánimos y solucionar, viendo en el terreno, las deficiencias que originan los reclamos y alteran el orden público.
Fuente: LA PATRIA