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Sábado 23 de junio de 2018

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Revista Tu Espacio

TRAUMATOLOGÍA

Ruptura de ligamentos cruzados de rodilla

23 jun 2018

Dr. Freddy H. Saravia Choque - exclusivo para Tu espacio

La incidencia de rupturas de ligamentos de rodilla es muy amplia, en Estados Unidos esto supone unas 700.000 lesiones de este tipo anualmente, en España, el 2001 se realizaron casi 170.000 cirugías de reparación del ligamento cruzado.

Los ligamentos cruzados de la rodilla son dos estructuras ligamentosas localizadas dentro de la articulación, uniendo fémur y tibia, para dar estabilidad a la rodilla. El ligamento cruzado anterior (LCA) evita el desplazamiento anterior de la rodilla. El ligamento cruzado posterior (LCP) evita el desplazamiento posterior de la rodilla.

Los ligamentos cruzados son fundamentales para la estabilidad y correcto funcionamiento de la rodilla. Ambos se lesionan con mucha frecuencia debido a torceduras de la rodilla provocadas sobre todo por deportes que implican giro con el pie apoyado: fútbol, básquetbol, tenis, esquí, etc? También se lesiona en deportes de lucha como el judo, boxeo y karate.

SÍNTOMAS

El paciente refiere dolor en la rodilla que le impide continuar con el ejercicio que estaba realizando. Muchas veces relata haber escuchado el chasquido, cosa que apunta a la rotura de la estructura.

En episodios agudos, que en urgencias suelen catalogarse como un esguince de rodilla, se produce inflamación y derrame articular, por lo que el traumatólogo en ocasiones decide hacer una punción de la rodilla (artrocentesis) para sacar el líquido acumulado, que en este caso será sangre en su mayoría (hemartrosis). Inicialmente conviene inmovilizar al menos parcialmente la rodilla, con ortesis, aplicar frío, tomar alguna medicación analgésica o antiinflamatoria y evidentemente reposar.

Su traumatólogo, luego de una minuciosa evaluación y examen físico, le pedirá un estudio de Resonancia Magnética Nuclear (RMN) para confirmar su lesión.

TRATAMIENTO

Por todo lo expuesto es fácil deducir que en pacientes jóvenes y activos el tratamiento de elección es el quirúrgico, realizándose reconstrucción del mismo, puesto que el roto no es reparable. Las diferentes técnicas que realizamos hoy en día son todas asistidas por artroscopia.

La cirugía no es muy larga, aproximadamente dura una hora y se realiza bajo anestesia raquídea y con un manguito de isquemia en el muslo para evitar el sangrado durante la operación.

Los pacientes que intervenimos suelen pasar una noche en el hospital para control del dolor y se van a casa con muletas y una rodillera articulada, que durante cuatro semanas debe llevarse bloqueada en extensión.

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