Jueves 21 de junio de 2018
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Dos medidas son claves. Alquiler por adelantado y servicio de mantenimiento de excelencia. Con esto las empresas generalmente municipales de alquiler de departamentos funcionan como un reloj. Hay otras reglas, 3 meses de aviso para desocupar, buena conservación del inmueble, pago puntual del costo de "expensas" (energía, limpieza, seguridad, áreas verdes y parqueo) esto a propósito de la Villa Deportiva en Sarco o sea 600 departamentos (dicen que están ya vendidos) y que se están habilitando para una masa de nuevos inquilinos que vivirán en el conglomerado.
Al menos en Escandinavia funciona el sistema, casi como un reloj. Si el inquilino no paga, "la empresa" procede al desalojo ipso facto. Todos los fallos en los servicios o en la estructura se deben comunicar a una central que lleva rigurosa anotación y repara o subsana de inmediato los desperfectos. Algo más, estas "empresas de alquiler" no tienen fines de lucro, sino de una prestación de servicios óptima para el bienestar de las familias que ocupan las viviendas.
Copio una frase de Álvaro Puente, "¿si funciona en un sitio, por qué no aquí?", o más claro "¿si otros lo hacen por qué no en Bolivia?", donde las leyes sobre vivienda dejan mucho que desear, es más, todo está hecho para otorgar techo "solo a los que tienen mucho dinero", la clase trabajadora o los simples asalariados apenas pueden aspirar a tener una vivienda "moderada" con toda suerte de limitaciones y restricciones. Hora de cambiar de criterio y de modificar la Ley concediendo garantías, tanto al propietario cuanto al inquilino. El desalojo no existe, y no pagar alquiler parece una costumbre, de ahí el miedo aterrador de los propietarios a ceder los departamentos en alquiler y optar por los famosos "anticréticos" bajo modalidades que en otros sitios simplemente no existen.