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Domingo 17 de junio de 2018

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Revista Dominical

Pepe Zapata, el carismático chef 5 estrellas, que desborda sencillez

17 jun 2018

Fuente: LA PATRIA

Por: Ximena Miralles Iporre - Directora de LA PATRIA

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José Antonio Zapata Medina, es el chef del exclusivo hotel Atix, de 5 estrellas, en la ciudad de La Paz, pero es tan carismático y sencillo que prefiere que le llamen Pepe, nos recibió en un ambiente del lugar donde trabaja, con una sincera sonrisa de bienvenida, cafecito o matecito de por medio y comenzamos a conocerlo un poco más a través de una entrevista.

Pepe Zapata nació en La Paz, sus padres son José Zapata y Nancy Eugenia Medina de Zapata, es el menor de cuatro hermanos, los mayores son Dante, Martín y Glenda. Tiene 32 años y una hijita de tres años, Alba Zapata Lavagnino, con Maya Lavagnino Lapaca, de nacionalidad argentina.

El ahora chef de 5 estrellas antes de dedicarse a la gastronomía fue músico y tocó en bandas bolivianas muy conocidas, nos contó cómo surgió esa transición y se decidió por la preparación de comida como medio de sustento y de vida.

Una crisis económica por la que pasaba su familia fue el impulso para que tomara la decisión de entrar en el fascinante mundo de la gastronomía, "antes yo me dedicaba solamente a la música, de eso he vivido muchos años, pero un poco por la preocupación de mis papás de que sólo me dedique a la música y todo eso, y en realidad fue cuando tuvimos una crisis familiar económica que bueno ya tenía que buscar algo que hacer y como siempre ha habido mucho trabajo en esto de la cocina y cada vez es más el boom gastronómico, entonces me metí a esto de la cocina, y claro todo empezó en la cocina de mi madre", cuenta Pepe.

Siendo el menor de los hermanos era muy apegado a su mamá, quien es una excelente cocinera y siempre estaba preparando alguna deliciosa comida, entonces él ayudaba en esos menesteres, y así nació su afición por la cocina, sin embargo, el chef confiesa que nunca pensó que iba a ser su fuente de sustento económico, como ocurre en la actualidad.

�l se auto define como una persona muy "liviana", siempre se le hizo fácil estar con la gente y compartir con amigos, es cristiano, cree fervientemente en Dios que siempre fue lo primero en su vida, y ahora que es padre se dedica mucho a su pequeña a la que adora. Pese a que ahora trabaja en gastronomía no dejó de lado la música.

Pepe cuenta que la música le dio muchas oportunidades en la vida, como viajes, vivió en Buenos Aires, Argentina, tocó en bandas importantes en Bolivia, como Lukas, Llegas, Rabbit y con artistas de renombre como Adrián Barrenechea, Christian Krauss, Matamba y otros.

La música es su inspiración, y comenta que "cuando entro algún lugar y no hay música para mí es un lugar muerto", por lo que para trabajar en la cocina también lo hace escuchándola, "una de las primeras cosas que observo es poder poner música para que todos estemos relajados y podamos trabajar bien", señala Pepe, quien logró que en el hotel de 5 estrellas en el que trabaja les permitan laborar de esa manera sin que sea una molestia para los huéspedes.

"Yo siento que la música, como a todo ser humano, pienso que le impulsa, entonces depende mucho de la buena música que vayamos a ponernos en la cocina que influye en nuestro estado de ánimo, ponemos un poco de música alegre, un poco de rock para estar bien despiertos, la música es un gran motivante, es muy importante", cuenta. Además que entre todos los que integran el equipo humano que trabaja en la cocina se turnan para escuchar lo que a cada uno le gusta.

La cocina de Pepe Zapata es algo diferente a las demás, en primer lugar, no hay gritos, "lo que más cuido es el ambiente laboral, cada uno tiene una escuela diferente, en realidad yo no sigo ninguna escuela, la vida, Dios, talento, cada quien tiene su carácter así que yo manejo una cocina distinta a otros lugares", él mismo estuvo en cocinas donde sí habían gritos y órdenes, hasta quizás humillaciones de parte de personas que porque se sentían superiores o tuvieron un mal día trataban mal al personal, con lo que no concuerda el chef, sin el ánimo de criticar el modo de trabajo de otros gastrónomos.

El trato que recibió en algunas cocinas le pareció algo "feo", porque según cuenta, de repente se siente que uno no es bueno y se desanima de seguir cocinando, por lo que su concepto no es guiar una cocina como un jefe sino más bien liderarla y realizar un trabajo de equipo, donde prime el respeto y el buen trato. "Si gritar para que la gente te obedezca, eso te hace chef, creo que estás equivocado", asegura.

"Lo que le hace líder a uno es saber ganarse a su equipo", sino que se trabaja entre todos. Sin embargo, hay gente a la cual le gusta que le impulsen de esa manera, es decir a los gritos, cocineros que consideraban a Pepe muy suave se fueron de su cocina para seguir otros rumbos, pero ahora tiene un equipo humano consolidado, principalmente trabaja con dos personas que le acompañan desde hace 14 años, y le siguen donde él vaya a liderar una cocina; "prefiero tener un equipo fijo".

Zapata ya lleva trabajando unos 14 años en la cocina, comenzó desde abajo, inclusive lavando platos, pero fue subiendo poco a poco, y lleva liderando cocinas algo más de 10 años.

Inclusive tuvo su emprendimiento personal, un restaurante muy exclusivo donde se combinaban sus dos talentos, la música con la gastronomía, con un concepto muy diferente, el menú era una incógnita para los clientes, se podía entrar únicamente con reserva y le iba muy bien, pero le llegó la oferta del hotel Atix, él quiso probar otra forma de trabajo y se aventuró a dejar su negocio para liderar la cocina de este importante centro de hospedaje, "quería sentir esta etapa, quería vivirla, quería saber de qué se trataba esto", asegura.

Pero el hecho de trabajar en un hotel de 5 estrellas no le emociona más que hacerlo en otro tipo de cocina, "cuando te apasiona algo, donde lo hagas vas a sentir la misma emoción, yo pienso que si a alguien le gusta cantar, digamos, puede cantar para tu hijo o hija, para mil o para 20 mil personas, y la sensación va a ser siempre la misma, pienso que en la cocina es lo mismo", no obstante confiesa que cuando cocina para su hija se estresa más que cuando lo hace en el hotel, porque quiere que todo esté bien pelado, bien desinfectado y que le salga rico para que su pequeña no lo rechace, porque eso le haría sentir mal.

Es un trabajo que demanda más, la cocina está abierta las 24 horas, no se le debe escapar ningún detalle, es mucha responsabilidad, pero también existe mucho personal que tiene una función específica cada uno y eso permite que el trabajo sea más relajado. La parte difícil que les toca vivir en el hotel es que a veces llegan personas con requerimientos muy específicos y se quedan muchos días, por lo que deben cuidar mucho su alimentación, pero para Pepe es algo que se puede sobrellevar.

Pepe Zapata es diferente, no usa el estricto uniforme que se pide para cocinar, utiliza accesorios como aros, tiene tatuajes, pero nada de eso fue un óbice para poder trabajar, según cuenta nunca le faltó trabajo y aunque muchos lo miraban "como a bicho raro", lo que primó fue su capacidad y demostró su capacidad haciendo bien las cosas.

El gran sueño de su vida es poder instalar un gran comedor popular, donde los niños en situación de calle puedan ir con sus padres y después de la comida puedan quedarse a pasar talleres de música, que sus progenitores aprendan a cocinar y se convierta en un plan sustentable, aunque aún no sabe cómo partir para hacerlo realidad, no abandona ese sueño que piensa verlo cristalizado en algún momento, pues es su meta y está convencido que es algo que debe hacer sí o sí, pues será su manera de dejar una importante huella en el mundo.

Fuente: LA PATRIA
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