La visita de un extraño a los arenales de Cochiraya

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Una mañana otoñal, un extraño personaje sobrevuela el paisaje que brinda los arenales de Cochiraya, situados al Norte de la ciudad de Oruro. Hace un reconocimiento, como si se tratara de un avión de guerra que busca su objetivo. Después de unos segundos, aterriza y se solaza calentando sus patas en medio de la arena entibiada por los rayos solares.

En su paseo, aparenta ser un intruso porque su caminar es rápido, sin embargo, no puede dejar de ser evidente, porque sus patas dejan huella formando un sendero fácilmente para dar con su ubicación.

Observa atento a ambos lados, se sorprende con lo que encuentra a su paso, paja brava, yareta y thola, flora que rompen los esquemas de un desierto en pleno altiplano orureño.

Mientras recorre por la arena divisa un elemento que le llama la atención, es un zapato, objeto que hasta ese momento no es muy comprensible para su sentir. Incluso piensa que se trataría en la casa de algún otro ser que decidió vivir allí, en medio de la tristeza y la desolación.

Sin embargo, piensa que es incomparable aquel paisaje, muy al margen de todo lo negativo que vio, porque permite tener un espacio de recreación, cuyo cómplice es el viento para formar esas hermosas dunas que crecen cual montañas en un campo mágico.

Después de una larga caminata, llega la hora de partir y volver a la realidad, de sentirse libre, volar hasta el infinito y más allá, mientras el tiempo pase y la arena vuelva a reunirse en un encuentro sin final.

Fuente: LA PATRIA