Sábado 16 de junio de 2018
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Juventudes de distintos tiempos y latitudes
tienen el deber de cumplir virtudes cardinales,
valores de moral humana, conductas nobles,
para ser buenos ciudadanos irreprochables.
Lo modesto, humilde y sensato
hacen al hombre noble y generoso,
con espíritu laborioso y duradero
sin que el poder lo vuelva envilecido.
El recto sentido del deber no condiciona
ni busca recompensa por obra entregada,
solo espera con prudencia la victoria
y acepta con serenidad la noticia contraria.
Usa correctamente normas de conducta
cuida el sentido de ética verdadera,
agradece con gratitud el servicio recibido
cultivando cordial la amistad del vecino.
En la bondad, dignidad y honestidad
vive y reina tranquila la humanidad
sosteniendo la tolerancia con humildad
para bien de la paz con plena solidaridad.
Los valores cuidadosamente aplicados
dependen de lo que hacemos y somos,
pues la obtención del resultado personal
otorga el orgullo de la identidad nacional.
En la juventud atropellamos la vida
para luego sentir que atropella la vida,
es que la juventud envejece y la vida
se mantiene joven, dijo Vargas Vila.