Técnico con experiencia

Muchos trabajadores por falta de trabajo en las empresas públicas y privadas, se han dedicado a la actividad informal, pero con cierta honradez, que no dañe la dignidad de las personas, la necesidad de comer les ha obligado a aprender un oficio o profesión, sin haber cursado en escuelas técnicas, institutos, universidades, gente que se ha autoformado y ha adquirido su propia experiencia, en muchos casos se han convertido en buenos artistas, mecánicos, albañiles, carpinteros, músicos, gastronómicos, mineros, zapateros, costureros, joyeros, periodistas, comunicadores, ecologistas, medio ambientalistas, agricultores, ganaderos, lecheros, guitarristas, charanguistas, quenistas, poetas, escritores y otras profesiones, todo en forma empírica.

Contamos con personas que se han dedicado a profundizar, investigar, por ejemplo, el conocimiento del charango, se observa una magnífica interpretación, tiene su propio estilo, pero que no ha aprendido en una escuela, sino es una herencia de sus padres, tiene una gran interpretación instrumental y canto, buen timbre de voz, que debe ser reconocido por la sociedad y instituciones superiores en educación, cuando trabajan o ingresan a alguna institución, son considerados interinos, empíricos y son despreciados, por no contar con una certificación profesional de artista.

En las provincias, comunidades, existen personas que han logrado fabricar, hacer instrumentos de trabajo en forma empírica, por necesidad de solucionar la demanda de la producción agrícola, de diferentes alimentos, esta forma de creación de herramientas, técnicas de trabajo, no son valoradas, más bien van apropiándose de estos conocimientos otros profesionales titulados.

Tenemos constructores, denominados albañiles, que realizan su trabajo de maravilla, como si fueran arquitectos, con la práctica han adquirido mayor experiencia y van realizando a la perfección, sin ser apreciados por el trabajo excelente que efectúan, los clientes les buscan, porque realizan una buena construcción, con toda la comodidad y garantía, pero cobran menos del precio establecido, porque no tienen un título que les acredite como tales, a falta de ese cartón que debe decir técnico. No se valoran en las empresas estas experiencias logradas a base de sacrificio y dedicación, por necesidad trabajan de peón, ayudante, son explotados, porque les exigen sus estudios de institutos técnicos, no pueden ascender a un puesto superior.

En el campo del arte de la música, muchos tienen bastante conocimiento de la guitarra, acordeón, charango y otros instrumentos musicales, van enseñando a los niños, niñas, jóvenes, señoritas, sin ninguna compensación económica, sólo porque le gusta el arte de tocar, con una magnífica interpretación, estos artistas se encuentran en el anonimato, a veces, fallecen con su gran arte sin haber replicado este conocimiento, se debe crear una ley que les acredite y profesionalice, para que se les reconozcan económicamente y no sufran marginamiento. Así tenemos muchas otras profesiones; el Estado debe crear políticas de acreditación de estos profesionales empíricos, que aportan a la economía del país.

Ellos han aprendido en forma directa, a través de la observación, contacto directo con la realidad, sin hacer mucha teoría, desarrollando lo manual, se han convertido artistas, sin conocimiento científico, a través de la percepción, autovaloración, buscando un mejor salario, mejores oportunidades, mayor autoestima de las personas, mejores condiciones de vida. Respetar la creatividad e inventiva de estos ciudadanos que se han formado de forma autodidacta, con la práctica diaria y necesitan ser acreditados, para mejorar su condición salarial y económica.