Viniendo de Polonia, entonces un paÃs comunista que se regÃa por el terror que las "autoridades" imponÃan sobre la población, Juan Pablo II sabÃa que habÃa que vencer al temor y, entonces, sus primeras palabras como pontÃfice fueron "No tengáis miedo" y, con esta premisa, ayudó enormemente a voltear la Cortina de Hierro, en paz, sin guerras.
La violencia se produce, precisamente, cuando no tenemos el coraje de superar el temor súbito y reaccionamos de manera primaria. Y, como el Estado es el monopolio de la violencia, los estatistas -particularmente los comunistas y los populistas- necesitan que esta violencia sea aceptada, y para ello eligen el camino adecuado: atemorizar a la masa.
Al principio, los "presos" y "carceleros" lo tomaron como un juego, al segundo dÃa ocurrieron humillaciones reales y violentas y, finalmente, al sexto dÃa el experimento se canceló debido a la violencia generada. Mostrando que la maldad no es un factor disposicional, no existen personas malas y otras buenas con independencia del rol o las circunstancias. AsÃ, cuando la situación nos empuje a realizar un acto violento o malvado, si no somos conscientes -si no tenemos el coraje para superar el miedo que nos induce la situación-, no podremos evitarlo.
(*) Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California
@alextagliavini / www.alejandrotagliavini.com
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