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Miercoles 13 de junio de 2018

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Suplemento Policial

Cómo hablar de las drogas con nuestros hijos

Curso de Prevención para Padres, Profesores y Estudiantes. (Nº 54)

13 jun 2018

Cuando los padres descubren que un hijo se droga.

Es indudable que esta amenaza pesa con angustia sobre los corazones de muchos padres, que tienen hijos iniciados en el consumo de droga o bien que temen que sus hijos entren en este callejón sin salida ¿Qué pueden hacer cuando los hijos se drogan? He aquí algunos consejos:

A veces puede ser muy difícil para los padres abordar el problema, ya que con frecuencia los hijos van a negar la realidad por todos los medios.

Ellos no tienen dificultad en mentir, es parte de la mentalidad que les crea la drogodependencia. Sin embargo, cuando hay sospechas, no puede pasar mucho tiempo sin que los padres alcancen la evidencia de que tienen o no a un hijo drogadicto.

En ese momento, ¿Qué hacer? Ante todo, es muy importante que el clima familiar sea de la mayor serenidad posible, evitando comportamientos hostiles por parte de los padres. No conviene comenzar con recriminaciones, acusaciones, quejas y críticas. Esto sólo suele conducir a una recíproca hostilidad por parte del hijo.

Los padres tienen que conversar seriamente con el hijo, haciendo que éste tome confianza con los padres y no miedo. Esto no significa que ellos deban tener una actitud tolerante en lo que a las drogas se refiere.

Por el contrario, la comprensión no tiene que ser acompañada de la menor permisividad. Tienen que ser muy comprensivos con la persona, pero drásticos en cuanto a la necesidad de no volver a consumir drogas.

Es de gran importancia que el hijo se aperciba de la gravedad que su problema conlleva, ya sea para él como para los demás y de las consecuencias que pueden ir surgiendo en el futuro, en caso de no cambiar.

¿Cuál es la mejor forma de ayudarlo? Para evitar una serie de consecuencias para él, conviene explicarle la evolución posible del proceso en el que se ha metido.

Lo mejor es que el hijo asuma que el problema es suyo. Los padres solo pueden facilitar los medios para conseguir una adecuada rehabilitación, pueden ayudarlo y apoyarlo; pero sobre todo es necesario que el mismo tome la decisión personal de abandonar la droga.

Tenemos que tener presente que en el drogadicto se mezcla una sensación de impotencia y fracaso, sentimientos de culpa y de frustración. Todas estas cosas lo llevan a pensar que el problema no tiene remedio. Por eso son frecuentes las depresiones, acompañadas en muchos casos con intentos de suicidio.

En estos casos, el trabajo paterno es muy importante procurando estimularlo y que persevere en su lucha contra el consumo de las drogas.

También, una de las consecuencias más comunes de la drogadicción es la incapacidad de apreciar la vida. La vida parece carecer de interés. Esto hace que los drogadictos sientan un profundo vacío interior.

Los padres tienen que ayudarlo a que vuelva a disfrutar de los aspectos gratificantes de la vida, con un clima afectivo en la familia, y sobre todo hablando a los hijos de Dios.

�l tiene que buscar en el Sumo Hacedor lo que busca en las drogas. Tiene que llenar su vacío espiritual con el amor al Creador. En este caso, la mejor ayuda que se le puede prestar es aproximarlo a la Iglesia.

Finalmente, lo más importante es no perder la esperanza en Dios. Cuando estamos ante problemas que parecen imposibles, hay que decir: Para Dios no hay nada imposible (Lc 1,37). El peligro más grande para los hijos es, ciertamente, la desesperación de sus propios padres.

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CONTACTOS Y SUGERENCIAS whatsapp 72473688 - Email: saravia117@hotmail.com

Por: Cap. Jorge Orlando Saravia Jaldín - Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico

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