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Domingo 10 de junio de 2018

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Revista Dominical

NOTA DE APOYO 2

Un príncipe de España

10 jun 2018

También en la Villa Imperial de Potosí se encuentra la tumba del príncipe infante de España y de Nápoles, hijo del rey Carlos III de España, Nápoles y Sicilia y de la princesa de Nápoles, Cecilia de Lafita. Su nombre fue Francisco de Paula Sanz y Espinoza de los Monteros Martínez y Soler, quien fue ejecutado en el atrio de la catedral y sepultado secretamente en el templo de Santa Teresa que está ubicado en la calle del mismo nombre.

Paula Sanz fue un funcionario español de fines del siglo XVIII y comienzos del XIX, uno de los más destacados y polémicos administradores en la historia del Virreinato del Río de La Plata y en particular en la Real Audiencia de Charcas. El Príncipe Infante Francisco de Paula Sanz nació en España, en la ciudad de Málaga, según obra en el expediente de pruebas del caballero de la orden de Carlos III, y fue bautizado el 5 de julio de 1745 en la parroquia de los Santos Mártires de esa ciudad. Fue hijo del Rey Carlos III de España y de la Princesa de Nápoles, Cecilia de Lafita. Cruzó la mar llegando a América para ser primeramente nombrado Gobernador Intendente de Buenos Aires en 1783.

En el año 1788, el príncipe Francisco fue nombrado gobernador Intendente de Potosí en reemplazo de Juan del Pino Manrique de Lara. Se destacó por su decidido apoyo a las obras de caridad y casas de misericordia durante su mandato y sus medidas para favorecer la actividad de las misiones pero fue la cuestión de las minas y el trabajo de mita lo que caracterizaron su larga gestión en Potosí. Le tocó vivir el 10 de noviembre de 1810 como gobernador de la Villa Imperial, fecha en que sucedieron los levantamientos independentistas en Potosí. Ese mismo día llegó a la ciudad un oficio del vocal de la Junta de Buenos Aires Juan José Castelli anunciando su inminente arribo y ordenando al cabildo el apresamiento del gobernador. La noticia cundió rápidamente en Potosí y el pueblo amotinado pidió cabildo abierto. El patriota Manuel Molina aprisionó al gobernador Sanz en pleno cabildo y lo condujo preso a su domicilio.

Vicente Nieto, José de Córdoba y el príncipe de Paula Sanz quedaron detenidos en la Casa de la Moneda de Potosí durante un mes. Días después llegó a Potosí Castelli. Juzgados en el cuartel general de Potosí, el 14 de diciembre de 1810 se condenó "a los referidos Sanz, Nieto y Córdoba, como reos de alta traición, usurpación y perturbación pública hasta con violencia y mano armada, a sufrir la pena de muerte". El 15 de diciembre de 1810, a las 10 de la mañana, fueron puestos de rodillas en el atrio de la Catedral de la Villa Imperial frente a la Plaza Mayor y fusilados. El príncipe Sanz recibió una segunda descarga al dar señales de vida. Por algunas horas su cadáver permaneció junto a los otros expuesto a la vista del público hasta que fue reclamado por las monjas del Monasterio del Carmen, las que le dieron sepultura en el Templo del Convento de Santa Teresa, donde los restos del príncipe Infante de España y de Nápoles se encuentran hasta el día de hoy. Su ataúd llevaba incrustaciones de oro y el sello de la realeza española.

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