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Sábado 09 de junio de 2018

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Revista Tu Espacio

LA PSIC?LOGA RESPONDE

El proceso de perder a un ser querido que falleció

09 jun 2018

Fuente: (gabinetedepsicologia.com)

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La muerte es parte del ciclo de la vida. Ninguno de nosotros estamos preparados para afrontar la muerte de un ser querido, el hecho de que no lo volvamos a ver, escuchar u oler el aroma de su piel, hace que nos revelemos e intentemos no afrontar su muerte, o buscar la manera de seguir en contacto con la persona desaparecida. Necesitamos un tiempo para entender, de forma razonada, qué ha sucedido.

El duelo y sus etapas

El duelo es el proceso por el que tenemos que pasar cuando muere uno de nuestros seres queridos. Algunos especialistas comparan este proceso con un terremoto, que nos sacude violentamente por dentro, después se calma todo aunque sufrimos leves réplicas hasta alcanzar una cierta estabilidad.

¿Qué síntomas sufrimos durante el duelo?

Obviamente cada persona es un mundo. En algunos pueden intensificarse más los síntomas físicos y en otros los emocionales. Depende de muchos factores.

Los principales síntomas emocionales suelen ser: Anestesia emocional, sensación de culpa, shock, rabia, tristeza, irritabilidad, sentimiento de soledad, ansiedad y deseos constantes de llorar.

Los síntomas físicos pueden ser: Problemas para tragar o articular, despersonalización, debilidad muscular y falta de energía, problemas para dormir y opresión en el pecho. Además de estos síntomas, también se ve conductas de abandono de las relaciones sociales.

¿Cuáles son las etapas del duelo?

Según la psiquiatra suiza-estadounidense Elisabeth Kübler-Ross, las etapas del duelo serían cinco: La negación; no queremos que sea real; ira, depresión, tristeza y aceptación. El proceso del duelo suele durar entre seis meses y un par de años.

ACEPTACI?N

Llegamos aquí cuando hacemos las paces con nosotros mismos y la persona fallecida. La adaptación a las nuevas situaciones se vive de diferente manera si la muerte era o no esperada, o si se trata de un padre o un hijo.

Para los progenitores la muerte del hijo es más traumática, no están preparados para que desaparezca antes que ellos, lo que conlleva un peso mayor a la hora de afrontar la pérdida y el proceso.

Recibir ayuda del entorno es importante para que el doliente se sienta protegido y comprendido. Si usted tiene un familiar o amigo viviendo el proceso, ayúdele, pero no le fuerce a superarlo, acompáñele en el camino y trátele como le gustaría que le tratasen a usted.

Fuente: (gabinetedepsicologia.com)
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