En la medida que pasa el tiempo y se habla de la economÃa nacional, persisten posiciones muy marcadas en dos extremos del manejo financiero nacional. Según las autoridades de Gobierno, algunas por supuesto, será factible el pago del doble aguinaldo al final de la gestión presente, porque el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) sumará más de 4,5 por ciento en su registro, abriendo la posibilidad de hacer ese pago obligatorio por disposición más polÃtica que realista, tomando en cuenta que este y el próximo son años electorales.
Desde el punto de vista del sector empresarial, la cosa no es tan optimista y más bien permite una revelación que se guardó por ciertos temores al proceso vigente y las consiguientes reacciones, como el caso de que "las cifras del PIB son infladas artificialmente, para llegar a un porcentaje que no es real y sólo responde a buenas intenciones".
Asà mostrada la realidad, aparentemente puede crecer el PIB y si pasa del 4,5 %, abre la llave para que el empresariado y el mismo Gobierno, paguen el doble aguinaldo al final de la gestión, aunque en los hechos se trata de un manejo especial en niveles superiores alterando por supuesto de manera ascendente porcentajes de inversión, pero no de un movimiento de recursos en efectivo que serÃa la parte útil de un proceso en ascenso. Se trata de buenas intenciones, se habla de muchas inversiones, pero las mismas no se concretan y quedan en "buenas intenciones", pero llegado el momento, los empresarios, en cualquier nivel productivo, necesitan dinero contante y sonante, las intenciones dejan de ser útiles.
La diferencia de cumplimiento de la norma, parece simple, más del 4,5 % de crecimiento del PIB, da lugar a doble aguinaldo y por supuesto, para alcanzar ese objetivo pueden modificarse ciertas cifra, pero no se viabiliza ninguna oportunidad para que el empresario tenga la suficiente capacidad económica para respaldar esa obligación. En el caso del Estado, el problema desaparece porque el doble aguinaldo se paga con recursos del Estado, que es dinero del pueblo administrado por el Gobierno.
Por lo mismo, el PIB inflado no es real, su utilización para medir al crecimiento, puede crear más bien un claro decrecimiento económico familiar.
Fuente: LA PATRIA
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