El transporte público se ha convertido en la "gallina de los huevos de oro", durante los últimos años, pero no para beneficiar a los afiliados, sino para que seamos esquilmados, primero por el Servicio de Impuestos Internos, segundo, por los gobiernos municipales y, tercero, por los funcionarios de Tránsito.
Los tecnócratas del Servicio de Impuestos Internos, de los gobiernos municipales y de Tránsito, están sumidos en lujosos escritorios con mentes nubladas para opinar sobre la verdadera realidad de pobreza y angustia que vive el transportista, pero presentan proyectos de ley para imponer mayores obligaciones económicas, con el rótulo de imposiciones fiscales, de gobiernos municipales y de Tránsito, etc., que no tienen otro objetivo, sino el de lograr el total aniquilamiento del transportista público.
Cada vez siguen saliendo, siguen apareciendo y sumando disposiciones que gravitan en el grueso del transportista del sector público, para salvar múltiples obligaciones de Tránsito, etc., mientras que los gobiernos municipales, con sus guardias municipales de reciente creación, se dan a la tarea de repartir papeletas de infracción, con o sin razón alguna.
La verdad es que el transporte público se ha convertido en la "gallina de los huevos de oro", porque es el único sector social que pone dinero para todo y las autoridades se aprovechan de la docilidad en que se encuentra el afiliado de base que a veces ni siquiera tiene la posibilidad de quejarse en los medios de comunicación. Es necesario que el CEN de la Confederación de Choferes de Bolivia, haga una representación ante las autoridades correspondientes para corregir y eliminar esta clase de distorsiones de la economÃa de los choferes.
(*) Director de la Revista Transportes
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