Martes 22 de junio de 2010
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Lo que se consideraba años atrás como una población tranquila y pujante, muy próxima a la actividad minera, pero también de naturales faenas agrícolas y la crianza de poco ganado lanar, configuraba a Uncía en el Norte de Potosí y muy alejada de la ciudad capital, más próxima a Oruro donde generalmente solucionaba sus problemas como una población sumamente tranquila y que sólo alteraba sus días iguales cuando se producía alguna festividad.
De esos tiempos al presente las cosas han cambiado sustancialmente, por una parte debido a la incursión desde los ayllus de gran cantidad de originarios que prácticamente han ocupado y alterado la monotonía de Uncía y sus habitantes, para desarrollar algunos negocios que se convierten en ilegales.
Precisamente el abandono de que ha sido parte “doliente” toda la zona del norte potosino y la del sur de Oruro, ha generado muchas reacciones entre su gente, casi siempre olvidada, pero tomada en cuenta para las movilizaciones electorales en base a muchas promesas que finalmente no se cumplieron.
Los comunarios y vecinos de las poblaciones olvidadas se dieron modos para salir de la miseria y aunque el efecto de los negocios irregulares no se refleja ni siquiera en mínima proporción en el desarrollo de las comunidades y de Uncía en particular, se nota en cambio en algunas casas de comunarios que las han construido con sentido de negocio, de ahí que tienen espacio para guardar más de dos movilidades y depósitos donde pueden encontrarse variada mercadería.
Fuente: LA PATRIA
