Los actos de corrupción en la última temporada se han venido incrementando en forma alarmante y en estos actos ilÃcitos se encuentran involucrados gobernantes que no pudieron gobernar con honradez. La corrupción de grandes proporciones está asociada a la Cleptocracia que es el gobierno de ladrones.
Es el poder predatorio, en el que en vez de cumplir con las obligaciones inherentes a gobernar con honradez, transparencia para conseguir el bienestar de la población respetando la convivencia en democracia y el "Estado de Derecho" se establece la corrupción generalizada tanto por parte de los componentes de los Gobiernos Centrales de los Estados o Naciones como por los altos cargos al frente de las Instituciones Estatales, Autonómicas o Locales, infringiendo normas, incurriendo en delitos de "prevaricato", "cohecho", "apropiación indebida", "blanqueo de capitales", "especulación", "nepotismo", "abuso de poder", "enriquecimiento personal", "intercambio de favores", "información privilegiada para una persecución polÃtica", etc.
Gobiernos que empiezan haciendo gastos ostentosos aparatosos y lujosos, impropios innecesarios e injustificables sin lÃmites y controles unido a actos de corrupción en la adjudicación de obras estatales con el consiguiente enriquecimiento personal de unos cuantos a costa del empobrecimiento del pueblo, incumpliendo los fines para los que fueron elegidos.
La Cleptocracia se da con más frecuencia en los Estados prósperos o con debilidad democrática, cuyos gobiernos son totalitaristas o absolutistas y pretender ser vitalicios. Esos factores influyen en gran escala a favor de la corrupción generalizada y en la tiranÃa.
El poder totalitario y absoluto mantenido y continuado por mucho tiempo tiende a corromper e incitar a cometer ilÃcitos en comportamientos arbitrarios forzados e ilegales con la complicidad del entorno cercano "El poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente", en esta frase se encierra todo el problema que se inicia con la corrupción generalizada que son cometidas por estas personas aferradas y embrutecidas por el poder.
El problema para las sociedades consiste en tratar de controlarla mediante mecanismos eficaces de vigilancia y sanción. En los últimos años los escándalos de corrupción han provocado la caÃda de varios jefes de Estado por el hartazgo de la sociedad ante el abuso del poder para enriquecerse a costa del dinero público. En Brasil se recuerda a Collor de Mello como el primer presidente sudamericano depuesto por una acusación del Congreso ante los graves delitos cometidos. Por cierto que ello fue posible merced a una intensa movilización popular que prácticamente obligó a las instituciones a actuar en consecuencia.
Del total, 782.000 dólares fueron a Westfield Capital, firma de Kuczynski, cuando se desempeñaba como ministro de EconomÃa y presidente del Consejo de Ministros del gobierno de Alejandro Toledo.
A cambio de estos "favores", Lula habrÃa facilitado contratos millonarios a esa compañÃa con Petrobras, según se desprende de la investigación. En la actualidad se encuentran en proceso de investigación por supuestos actos de corrupción Rafael Vicente Correa Delgado (2007-2017) expresidente del Ecuador y Cristina Elisabet Fernández de Kirchner (2007-2015) expresidenta de la Argentina. Estos tres últimos de tinte populista
En el 2002, la quiebra fraudulenta de la gigantesca empresa Enron, a la que siguieron la de World Com, Xerox y otras, que pusieron al descubierto la manipulación de directivos que se enriquecen a costa de la buena fe del público con la complicidad de grandes empresas industriales. La corrupción a gran escala de funcionarios públicos, a la que se hace referencia con la cleptocracia, es una especial amenaza para la democracia y el estado de derecho en los paÃses en desarrollo. Dicha corrupción socava el principio de responsabilidad financiera, desalienta la inversión extranjera, sofoca el rendimiento económico y menoscaba la confianza en los sistemas legales y judiciales. En muchas partes del mundo, los cleptócratas se han forrado sus propios bolsillos en vez de financiar proyectos del desarrollo como carreteras, escuelas y hospitales. Es trascendental trabajar en la elaboración de medios para investigar el enriquecimiento ilÃcito Y localizar los bienes adquiridos dolosamente. En tanto no se debe olvidar que "Enriquecerse aprovechando la condición de gobernante es un delito, desfalcar las arcas del estado es traición a la patria".
(*) Ingeniero
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