Miercoles 30 de mayo de 2018
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Las experiencias adquiridas por el gobierno en los últimos años, muestran la necesidad de observar prudencia y mesura en los gastos. La racionalidad obliga a no gastar más de lo que se tiene y, si posible, de esa tenencia conseguir ahorrar algo; pero, lamentablemente, se malacostumbró a gastar imparablemente lo que generaron los altos precios del gas y los minerales.
Las razones serían, según el entender de la población, que todo se habría debido a que el país no ganó los excedentes de dinero con la producción; se ganó mucho dinero debido a los precios internacionales del petróleo que le dieron alto valor al gas, a los altos precios de minerales y pocas materias primas que exportamos. No hubo, pues, nada que decir sobre posibles crecimientos de la producción; en otras palabras, gastamos más de lo debido por lo fácil de los ingresos.
De esta realidad tiene conciencia el Gobierno y sólo así se explica que para "compensar" de alguna manera los menores ingresos se haya visto impelido a recurrir a fondos de las reservas internacionales, contraer préstamos en organismos internacionales y países amigos y, además, cargar diferencias entre ingresos y gastos a la cuenta en rojo de los déficits que son - aunque no se crea - incremento del endeudamiento nacional y camino a mayor inflación.