Abigail Saba Salas: "El reír, jugar y bromear con mis hijos me llena de vida"

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Para Abigail Saba Salas, madre de Ibrahim y Nahaira Zegarra Saba, el reír, jugar y bromear con sus hijos le llena de vida, pues cada momento con ellos llena de alegría su hogar.

Con una sonrisa amable y carismática, relató cómo empezó su rol de madre, con la llegada de Ibrahim, cuando después de terminar sus estudios como abogada, decidió formar una familia, a partir de ese día, comprendió que su vida cambió, pues debía ser responsable con todo lo que conlleva tener una familia.

No fue una tarea fácil, pues a pesar de contar con el apoyo de su mamá, Sabina Salas viuda de Saba, su trabajo era complejo y muchas veces no le permitió cumplir su misión de madre que ella hubiera querido, aunque nunca descuidó ese rol que la vida le dio.

Considera que la mejor herencia que se puede dejar a los hijos es la enseñanza de valores, principios como el respeto, la puntualidad, la humildad, aspectos con los que crecieron sus dos hijos.

Como toda madre, pide lo mejor para sus "retoños", principalmente que Dios les otorgue salud y bienestar y que tomen el mejor camino.

Abigail es una mamá dinámica, se levanta desde muy temprano para empezar con las labores diarias del hogar, dividiéndose entre las responsabilidades que conlleva su trabajo y la formación de sus hijos, a pesar que el mayor ya es profesional y la menor concluirá dentro de poco sus estudios superiores, afirma que la tarea de madre es para toda la vida.

Refirió que todos los momentos, junto a sus hijos son únicos, desde que eran pequeños hasta ahora, ella trata de compartir lo más que puede con ellos, en sus diferentes actividades.

Señaló que se debe entender que la madre es lo más sublime que Dios nos da, es la fuente de la bondad, ternura y amor que permite ser mejores personas y esto lo tiene muy presente con su mamá, quien es la reina de la casa.

Se siente agradecida con sus padres por todo lo que le dieron, su padre de una cultura estricta, pues llegó de Libia, y su madre que, con ternura y amor, llenó su hogar de alegría.

Fuente: LA PATRIA