Sofía Mendoza Rodo, una leyenda de vida llena de amor maternal

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La señora María Sofía Mendoza Rodo, tiene 97 años, refleja una leyenda de vida, llena de amor maternal, a pesar de los años recuerda muy bien cada uno de los momentos que pasó junto a sus hijos.

María Sofía Mendoza, es parte de la historia de Oruro, pues es hija del primer aviador que surcó cielos del altiplano, Juan Mendoza y Nernuldes. La hazaña realizada por su padre, le pone en un lugar especial dentro de la historia no solo de la región, sino a nivel nacional.

Nació en Oruro, el 17 de febrero de 1921, se casó cuando tenía 20 años y tuvo su primer hijo, a los 21 años, cobijó entre sus brazos a siete hijos: Juan Carlos, Jorge, Jaime, Luis Fernando, María Eugenia, Javier Rolando y María Lourdes Soria Mendoza, a la fecha tiene 13 nietos y 21 bisnietos.

Ella recuerda con mucha alegría cada uno de los momentos claves de su vida, en todos ellos, están sus hijos, que son su ilusión y su adoración.

Contó que ella y sus hermanos crecieron junto a su padre, un hombre visionario, con muchos sueños y firme en su convicción, es así que logró ser el primer aviador de Bolivia en surcar cielos del altiplano orureño, aún recuerda la hazaña que está marcada en la historia del 19 de noviembre de 1921, cuando los orureños se reunieron en el cerro Pie de Gallo, para observar la destreza del piloto Juan Mendoza y Nernuldes.

Relató también el rol que le tocó vivir como madre de siete hijos, aunque uno de ellos falleció cuando era muy pequeño, recuerda y describe cómo fue la sensación más hermosa que puede sentir una mujer, el tener a su hijo en sus brazos.

Junto a su esposo, Rodolfo Soria, crió a sus hijos con la principal premisa que fueran hombres y mujeres de bien, enmarcados en la religión y valores morales.

Señaló que la crianza de los niños antes era diferente, pues ahora muchas mamás ya no se ocupan de sus hijos, les dejan al cuidado de alguien y con eso se conforman, mientras que en el pasado, las mamás se encargaban de todo, de cambiarlos, cuidarlos y atenderles, no dejaban que nadie más toque a sus pequeños.

"Considero que éramos verdaderas madres, aunque algo esclavas porque solo nos dedicábamos a la crianza de nuestros hijos y atender nuestro hogar, aunque algunas tenían la oportunidad de leer, como yo a mí me encantaba leer", sostuvo.

Agregó que una de sus pasiones siempre fue la lectura, cada día leía en cualquier horario del día, pero le gustaba interiorizarse en diferentes aspectos, otro pasatiempo que tenía era la poesía.

También le encantaba viajar, junto a su marido pudo recorrer diferentes lugares, principalmente se acuerda de las maravillas de Jerusalén y Egipto.

Mencionó que son varios los momentos que pasó con sus hijos, es difícil clasificar algunos, porque considera que cada momento vivido tiene un valor grande para ella y lo lleva en el corazón.

Señaló que se siente alegre por la crianza que les dio a sus hijos, y espera que las nuevas generaciones, aprendan un poco de las antiguas mamás, porque si no el mundo ya no tendrá sentido, porque la madre es el cimiento de todo.

Argumentó que lamentablemente en la actualidad, muchas mujeres rechazan la maternidad por ser empresarias o desarrollarse de otras maneras, pero no se dan cuenta que ser madres es una bendición que Dios regaló a la mujer.

Fuente: LA PATRIA