Turista puso en jaque a la justicia y tras las rejas a sus agresores
28 may 2018
Fuente: La Paz, 27 (ANF)
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Cuando Vasilesa Komarova, que tiene nacionalidad rusa y británica, llegó a Bolivia pero nunca imaginó que el gran viaje de su vida se convertirÃa en una pesadilla. La madrugada del 4 de junio de 2017, mientras dormÃa fue atacada por tres hombres que la violaron, le robaron e intentaron asesinarla.
El hecho ocurrió cuando acampaba en la laguna Bravo, en Santa Rosa de Yacuma, a cuatro kilómetros de Rurrenabaque.
Tras el ataque, tuve que enfrentar a un sistema policial y judicial que "ni siquiera tomó nota de mi denuncia hasta que pedà la intervención de mi embajada", dijo.
Komarova, de 39 años, es una experimentada motociclista que a principios del 2017 emprendió un plan de viaje que incluÃa un recorrido desde la Patagonia hasta Alaska. Ingresó a Bolivia por Villazón, pasó varios dÃas en Uyuni, viajó por Tarija, Cochabamba, Oruro y Santa Cruz antes de llegar a Rurrenabaque, "un lugar que todos describen como un verdadero paraÃso de la naturaleza", sostuvo.
Pero ese paraÃso se tornó en el mayor desafÃo de su vida. "Fui violada, atacada con machetes, robaron todas mis pertenencias, cortaron los cables de mi moto y seguro me dieron por muerta", relató a ANF.
Luego del shock, su mayor sorpresa fue la actitud de las autoridades. "Pasaron tres dÃas antes de que la PolicÃa registre mi denuncia y solo actuaron cuando recibieron una llamada de la Embajada Rusa", detalló Komarova.
La población de Rurrenabaque contribuyó en la búsqueda de sus atacantes que fueron detenidos y sometidos a una demanda legal por violación, intento de asesinato y robo agravado.
La primera audiencia se cumplió en Rurrenabaque, luego trasladaron el proceso a Reyes y finalmente el juicio se cumplió en San Borja.
En ese periodo tuvo que sobrevivir como pudo. "Trabajaba como entrenadora personal en un improvisado gimnasio y ayudaba en todo tipo de pequeños trabajos para cubrir mi alimentación, pero además tenÃa que conseguir recursos para pagar los trámites del juicio y los viajes a las audiencias".
En esa fase, Komarova ya contaba con la asistenta consular de la Embajada Británica. "El Alcalde comprometió su ayuda y me contactó con una abogada que inicialmente me dijo que me brindarÃa asistencia legal gratuita, pero luego me pidió dos mil dólares, ¿De dónde iba yo a sacar ese dinero?", cuestionó.
Entonces la representación diplomática británica contactó al Ministerio de Justicia que asignó a una abogada de los Servicios Integrales de Justicia Plurinacional (Sijplu).
"En Bolivia la vÃctima no tiene ninguna protección. He viajado mucho y nunca me he topado con tanta burocracia y tanta corrupción", afirmó Komarova y añadió que "lamento haberme topado con gente mala en este paÃs, pero lamento más que las personas que tienen que hacer su trabajo, como los policÃas, fiscales y abogados, no hagan nada para que este mundo sea mejor".
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