Con fuegos de artificio, danzas regionales tradicionales, figuras policromáticas en las graderías copadas por unas 40.000 personas, entre ellas los presidentes de Bolivia, Evo Morales, y de Paraguay, Horacio Cartes, y el titular de la Organización Deportiva del Sur (Odesur), Camilo Pérez, comenzó ayer de noche la ceremonia inaugural de los XI Juegos Suramericanos, Cocha 2018.
La apoteótica ceremonia comenzó hacia las 19:00 horas, al son de la melodía de acompañamiento de los Colorados de Bolivia, banda militar de la guardia presidencial, dando marco a la ceremonia que fue difundida hacia varios países del mundo.
Es importante destacar que la jornada de ayer fue considerada histórica para el país por la importancia de albergar a deportistas de distintos países, quienes competirán en varias disciplinas para alcanzar el mayor reconocimiento a su esfuerzo, la medalla de oro.
La fiesta olímpica del deporte sudamericano se desató con la entrada a la pista de tartán azul, de los 4.013 atletas de los 14 países en competencia filial.
El desfile comenzó con el ingreso de la delegación de Argentina, la múltiple campeona de esta saga olímpica regional, que describió su primer capítulo en 1978, en La Paz, Bolivia.
Señalada por un marco luminoso de características galácticas que se divisaba, por drones, desde un cielo límpido y estrellado, la ceremonia vio ingresar a la delegación de Aruba.
Luego, las melodías tradicionales de cada país marcó el paso de los deportistas brasileños, el campeón reinante de esta gesta en los Juegos de Chile 2014.
A vuelta de página se escuchó el Sombrero Vueltiao, para marcar el ingreso de la delegación de Colombia, que se hizo de la victoria en 2010 en los Juegos de Medellín.
Chile se puso en fila e ingresó al tartán del estadio Capriles. Algunos de sus deportistas lucían en alto los pendones chileno y boliviano.
La televisión captó a un dirigente chileno emocionado hasta las lágrimas en medio de la algarabía desbordante de los atletas trasandinos.
Detrás de Chile apareció la delegación de Ecuador seguida de Guyana y Panamá.
Tras los panameños se pusieron en escena los paraguayos, que al pasar por el Palco saludaron a su conmovido líder Horacio Cartes.
Tras Paraguay, los 40.000 bolivianos prorrumpieron en aplausos para dar la bienvenida a la delegación de Perú.
Marcharon luego las delegaciones de Surinam, Uruguay y Venezuela.
Como corolario apareció, por último, para desatar la apoteosis, la delegación anfitriona de Bolivia, la más numerosa, encabezando la estrella de su natación Karen Tórrez.
La fiesta se extendió para escuchar a la cantante Cornelia Veramendi, que interpretó una canción en quechua, siguió el baile del Pujllay, propio de la zona de Yamparaez, en el subandino departamento de Chuquisaca, que desencadenó en la grada, el escenario y la pastilla blanca en que tornó la grama verde del rectángulo de fútbol del estadio Capriles, la locura misma.
Los atletas brasileños acostumbrados a la candencia sensual de la samba carioca, bailaban en sus asientos al ritmo que se desprendía de los vientos y voces aceradas de los Awatiñas, artistas indígenas aymaras provenientes de la andina La Paz.
Más allá del espectáculo presentado en el estadio sudamericano Félix Capriles de la ciudad de Cochabamba, las autoridades y delegaciones que presenciaron el acto inaugural quedaron impresionados por el cálido recibimiento expresado por el estado boliviano.
Los Juegos SuRamericanos se desarrollarán durante 14 días con la representación de 14 países. Se establecieron 377 pruebas para 35 disciplinas y están habilitados 43 escenarios deportivos.
Fuente: LA PATRIA/Agencias
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