Urge política binacional de fronteras para frenar el contrabando

La urgente necesidad de contar con una política binacional en la frontera boliviano-chilena para frenar los ilícitos aduaneros, es una medida que tiene que aplicar el Estado Plurinacional de Bolivia con celeridad y cuanto antes, puesto que las cifras que se registran superan los 600 millones de dólares por año, de contrabando proveniente de la Zona Franca de Iquique (Zofri).

Los ilícitos aduaneros más conocidos como contrabando, que se generan por la amplia frontera, ingresa en camiones abarrotados de artículos suntuarios, electrodomésticos, así como automotores y otros que por lo general también son producto del ingreso de droga desde el Perú y Bolivia al puerto chileno de Iquique, donde hay trueque y canje de los productos para blanquear los recursos que genera el narcotráfico.

Los ilícitos aduaneros perjudican la pronta puesta en marcha del primer corredor bioceánico que unirá el Pacífico con el Atlántico cruzando por Chile-Oruro-Cochabamba-Santa Cruz-Brasil y viceversa no tiene futuro; primero hay que construir el último puente del tramo Toledo-Ancaravi en la carretera Oruro-Pisiga y, concretar la doble vía Oruro-Paria-Caihuasi, como principal vínculo con el Valle de Cochabamba.

El descuido - por así decir- de las autoridades nacionales, departamentales y municipales y la demora en la toma de decisiones, pone en riesgo la implementación de la ruta interoceánica que es la "tabla de salvación" del Occidente boliviano, para administrar desde Oruro el Altiplano Marítimo Central, principal eje de vinculación y desarrollo del país, a fin de alcanzar un equilibrio con el Oriente del país.

Al parecer esa actitud del Poder Ejecutivo es reiterada y en varias administraciones de gobierno, si analizamos por ejemplo que el proyecto vial Oruro-Pisiga se ejecutó en 18 años y, sigue inconcluso esperando financiamiento de España para construir el puente Aroma de 123 metros de longitud, en el tramo Toledo-Ancaravi, con la inversión de $us 4,5 millones, 20 % financiado por la Gobernación de Oruro y el 80 % por el gobierno español. El Estudio Técnico Económico, Social y Ambiental (TESA) financió el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

El Presidente Evo Morales, realizó un anuncio reciente para hacer conocer que su gobierno determinó construir unidades militares con todos los requerimientos y para cubrir las necesidades de las poblaciones fronterizas, además de encarar una lucha abierta contra los ilícitos aduaneros, porque ahora las Fuerzas Armadas son parte del control aduanero para evitar el contrabando.

Ojalá ese anuncio presidencial, no se quede en solo un buen deseo y se pueda aplicar una política de fronteras para tener control y dominio sobre la frontera boliviano-chilena, como única forma de resguardar y proteger a la industria nacional y el comercio legalmente establecido. No podemos postergar la puesta en marcha el primer corredor bioceánico, es decisión nuestra y de la voluntad política de las autoridades nacionales y departamentales, para concretar ese viejo anhelo de varias generaciones de orureños que vivieron con la esperanza de llegar a las costas del Pacífico en seis horas, por el principal eje articulador de integración interoceánica, aprovechando la estratégica ubicación geográfica de Oruro.

Es ineludible dotarnos de una estrategia geopolítica que garantice efectivo control y dominio sobre el Altiplano Marítimo Central y el Occidente del país. No esperar al Gobierno central que ponga en marcha un plan de desarrollo de fronteras, una estrategia de crecimiento económico y social, sino asumir la responsabilidad de crecer y potenciarnos como región fronteriza para unir el Pacífico con el Atlántico, desde la Región Metropolitana "Uru".

La vital ubicación de Oruro como vínculo directo con las costas del Pacífico por los puertos chilenos de Antofagasta, Iquique y Arica de la vecina República de Chile y de Ilo del Perú, reafirma su conexión con el Atlántico por el primer corredor bioceánico que vinculará a Oruro-Cochabamba-Santa Cruz con el Brasil, lo que cambia la perspectiva de crecimiento y desarrollo departamental y nacional, para tener presencia efectiva en la macrorregión sudamericana.

No podemos desaprovechar nuestro vínculo directo con el norte de Chile, el sur del Perú y el norte de la Argentina, así como su conexión con el sur del país pasando por Potosí-Sucre-Tarija, el norte de Potosí y principales provincias colindantes de Cochabamba y desde Caracollo-El Alto de La Paz y hasta Colomi en la cabecera del Valle Alto de Cochabamba, por la ruta Oruro-Paria-Caihuasi ratifica la estratégica ubicación de Oruro para integrarnos y hacer los mejores negocios con el Brasil y los países de ultramar.

El avanzar y concretar el proyecto del primer corredor bioceánico es directa responsabilidad del Poder Central, así como del gobierno departamental, la postergación clara muestra de la falta de voluntad política y denota indecisión y falta de capacidad para poner en marcha un plan destinado al aprovechamiento real de la estratégica posición geográfica de Oruro para convertirnos en los administradores del comercio internacional y evitar la sangría económica que supone el contrabando, dañino para todos, a partir del no pago de impuestos y el perjuicio para nuestras empresas e importadores privados.

(*) Periodista