Devaluación del cardenalato

Recientemente el Obispo de Roma Jorge Mario Bergoglio, ha anunciado que en la Fiesta de los santos Pedro y Pablo, investirá de cardenales a catorce clérigos, entre los cuales se encuentra el desconocido ex obispo de Corocoro, Toribio Ticona Porco.

En su anuncio, Francisco, señaló que el obispo emérito y otros dos, fueron considerados dignos del cardenalato, debido a «que se distinguieron por sus servicios a la Iglesia», ninguno de los tres podrá concurrir a la elección de un nuevo Papa al haber sobrepasado los 80 años.

Los cardenales, en la jerarquía católica, están inmediatamente después del Papa. La principal responsabilidad de un cardenal es elegir un nuevo Obispo de Roma, a la muerte o abdicación de éste. Por así decirlo, los cardenales son «la mano derecha del Papa».

El año 1179 se tomó la decisión de poner en el futuro, en manos del Colegio de Cardenales la elección de los Papas, y como consecuencia de tal decisión vino una segunda, se empezó a nombrar cardenales a algunos que no residían habitualmente en Roma.

Es de sobra conocido que la elección del sucesor Bienaventurado apóstol Pedro, se hace con arreglos a la técnica peculiar del «cónclave».

El Papa Pío XII dio el gran paso de internacionalizar el Sacro Colegio de Cardenales, que para entonces en su mayoría estaba constituido por europeos y gran parte de éstos italianos.

El primer cardenal de la Iglesia en Bolivia fue el entonces arzobispo de Sucre, José Clemente Maurer, nacido en Alemania. A su muerte, comenzaron a moverse ciertos cuadros políticos en favor del nombramiento de cardenal en la persona del entonces arzobispo de La Paz, quien a poco tiempo tuvo que presentar su dimisión a Juan Pablo II debido a los cuantiosos malos manejos económicos que ocurrieron durante su ejercicio episcopal, que fueron de dominio público.

En enero de 2001 Juan Pablo II anunció la creación de 37 nuevos cardenales, a los que una semana después añadió 5 más, entre los cuales se encontraba el arzobispo de Santa Cruz Julio Terrazas Sandoval, conocido obispo promotor de la teología de la liberación. Al anunciar su decisión el Papa Wojtyla dijo que ya había escogido a los cinco nuevos ya la semana precedente, pero que mantuvo los nombres en secreto por «varias razones».

Como se ha resaltado ya, el nombramiento de cardenales es una de las funciones más vitales de un Papa, un ejercicio pontificio de capital importancia, ergo, la creación de cardenales es una «declaración potente, no sólo acerca de dónde está hoy la Iglesia, sino a dónde puede ir en el futuro».

Con el actual Pontífice, el Sacro Colegio Cardenalicio, no solamente se ha mantenido internacional, sino que ha incorporado a su seno, a clérigos de pequeñas comunidades católicas y sobre todo a sacerdotes u obispos «descartados» en los pontificados precedentes por razones ideológicas o de otra índole. Con Francisco el Colegio de Cardenales ha virado a la izquierda absolutamente, y ya es casi la mitad de los electores los que Jorge Mario Bergoglio ha nombrado en sus 5 años de ejercicio al frente del Obispado de Roma.

El cardenalato es una función eclesial grave, ya que más que un premio u honor es un servicio, es el ejercicio testimonial de una fe vivida al servicio de la Iglesia. Los cardenales deben ser modelos de fe para los demás, modelos de integridad y santidad: ¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán ambos en el hoyo? (San Lucas 6, 39).

Francisco anteriormente ha elevado al cardenalato a conocidos promotores de la marxista Teología de la Liberación, tal el caso del obispo auxiliar de San Salvador Gregorio Rosa Chávez en 2017, prelado que nunca fue nombrado obispo residencial de una diócesis, permaneciendo como auxiliar de tres arzobispos salvadoreños, se constituyó en uno de los más incansables promotores de la causa de canonización del arzobispo Oscar Romero, ambos obispos, fueron considerados por la Curia Romana, muy cercanos a los marxistas y otros izquierdistas.

Entre los próximos Príncipes de la Iglesia, ha escogido a Monseñor Sergio Obeso ex arzobispo de Xalapa, México, el neo cardenal Sergio Obeso, muy cercano al obispo Samuel Ruiz, y reivindicado también por Bergoglio, se declara sin ambages admirador del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).

Así, con los varios consistorios convocados por el Obispo de Roma Jorge Mario Bergoglio, ya podemos darnos cuenta exacta de a dónde quiere llevar a la Iglesia.

El nuevo boliviano nominado a cardenal, ejerció su carrera sacerdotal en su diócesis natal de Potosí, especialmente en Uncía, donde es bien conocido por las comunidades católicas esparcidas en el Norte de esa diócesis, y para la que fue nombrado Obispo Auxiliar durante el ejercicio episcopal del actual arzobispo de La Paz, que entonces fungía como Obispo de Potosí, posteriormente fue trasladado a la Prelatura Nullius de Corocoro, jurisdicción en la que permaneció durante dos décadas.

Los medios bolivianos han destacado que el hoy cardenal electo de origen indígena, entre otras cosas fue minero y lustrabotas, sin embargo, lo que los medios omiten por efecto de una «cultura del secreto clerical» imperante entre la jerarquía eclesiástica local, que Toribio Ticona Porco no tiene las cualidades morales para ser un digno Príncipe de la Iglesia, como lo manifiestan los fieles de Uncía, al Norte de Potosí, descontentos con esta afrenta a la Iglesia en Bolivia.

german_mazuelo_leyton@yahoo.com