El solo hecho de que en nuestro medio se registre una temperatura de más de 12 grados bajo cero, es un hecho alarmante que debe preocupar a nuestras autoridades, especialmente las de educación y salud, de las cuales depende el cuidado de la salud de la población estudiantil que por los datos estadÃsticos recientes está sufriendo los rigores de un frÃgido periodo, marcándose una elevada ausencia de alumnos a sus respectivos centros educativos.
La autoridad educativa en dÃas pasados señaló que "es la única que puede determinar medidas en el ramo educativo", se entiende que la referencia tiene que ver con disposiciones preventivas, como el horario de invierno, permitir que los alumnos dejen los uniformes y puedan vestir prendas abrigadas, pero además que se disponga cierta tolerancia en el proceso de enseñanza para que los alumnos que padecen resfrÃos no se perjudiquen al faltar a clases por motivos de salud, además como un hecho obligado para evitar contagios entre los estudiantes.
La autoridad de salud, por su parte, está obligada a efectuar un seguimiento riguroso de orden estadÃstico sobre el número de afectados por las Infecciones Respiratorias Agudas, IRAs, de modo que en los lÃmites clÃnicos permisibles se mantengan cuidados especiales, pero si se diera el caso de una epidemia, se instruya la suspensión de actividades, allà donde tenga mayor prevalencia la afección de estudiantes.
En estos casos no se trata de hacer exigencias sobre la continuidad de un calendario educativo que se sobreponga a las condiciones climáticas vigentes, lo principal es el cuidado de la salud de centenares de niños y jóvenes que no puede estar supeditada a rÃgidas instrucciones de algunas autoridades, que en su caso tienen la responsabilidad de priorizar la salud y adecuar su calendario a las circunstancias naturales de periodos tan cambiantes que nos muestran severas alteraciones en materia de tiempo y temperatura.
Hace tiempo atrás y con justificada razón, expertos en materia de administración educativa sugirieron que en nuestro paÃs pueda adoptarse un calendario educativo regionalizado, tomando en cuenta que las condiciones climáticas de las regiones difieren sustancialmente en ciertas "estaciones" del año, por lo mismo las condiciones benignas de una parte del paÃs no son las mismas en la otra mitad del territorio, cuando se habla más claramente de oriente y occidente.
Este problema del calendario educativo en Bolivia deberÃa ser motivo de un estudio apropiado, que en el mejor de los casos, establezca los periodos regulares de clases en los meses en que no hay el peligro de bajas temperaturas y que además facilitarÃa una especial organización familiar en función de aprovechar tiempos y condiciones apropiadas para el descanso pedagógico, sin riesgos que afecten la salud de los estudiantes. Se trata de una interesante sugerencia que tiene efecto práctico y "saludable" en otros paÃses donde el cuidado de la salud, es principio elemental.
Fuente: LA PATRIA
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