Darwin Rocha un técnico con "magia" en el baloncesto

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El 12 de enero de 1966 nació en Camiri departamento de Santa Cruz, el técnico de baloncesto Darwin Marcio Rocha Peña. Sin embargo, su destino apuntaba a Oruro para quedarse en el Distrito Minero de Huanuni, de donde él se considera oriundo porque vivió allá el origen de su pasión, el baloncesto.

Contó que a los cuatro años, su mamá lo trajo por esta parte del país. Ella era profesora y por cuestiones de trabajo fijó residencia en Huanuni, allí estudió Darwin. Fue bachiller del colegio Bolivia. A sus 18 años llegó a la ciudad de Oruro para encaminar su carrera como profesor estudiando en el Instituto Normal Superior "Ángel Mendoza Justiniano".

"Nací a la vida deportiva en Huanuni en el Club Coboliv y terminé jugando en el Club Ingenieros, fui parte de la selección de Huanuni como jugador. Allá teníamos un entrenador Felipe Hidalgo (+), quien fue el mentor de muchos de nosotros para ser entrenadores", manifestó.

"Hasta mis 17 años jugué fútbol, pero era más apasionado por el básquet, porque era el deporte más concurrido en Huanuni. En las tardes todos nos íbamos al Club Independiente a jugar, la pichanga que llamamos. Ahí nació mi espíritu por el basquetbol", indicó.

Cuando él tenía 15 años fue seleccionado de Huanuni, viajó a un nacional en La Paz. Ahí ratificó su pasión por este deporte. Mucho influyeron sus entrenadores Juan Méndez y Carlos Aramayo, quienes lo guiaron por el camino de la superación constante en este deporte.

En esa época también estuvo inmerso en el arbitraje, sin embargo, no podía ser jugador y árbitro, así que decidió por ser jugador y cuya carrera la terminó en el Club Alborada, para luego dedicarse de lleno a la dirección técnica.

T�?CNICO

Tras egresar de la Normal de Maestros se fue a provincia a trabajar. Comenzó en Huari donde había la falencia de profesores de educación física, corría 1993.

El profesor Darwin dictó Educación Física y tras 26 años en el magisterio lo sigue haciendo ahora en el colegio "Eduardo Abaroa".

Volviendo al año mencionado, en Huari, preparó un equipo que participaría de los juegos provinciales, si bien los habitantes de esa región ya habían participado en campeonatos anteriores, nunca llegaron a tener un buen desempeño.

Darwin le dio ese toque para que logren un segundo lugar, luego de perder la final contra Huanuni. Fue el inicio para abrir la puerta de la dirección técnica, para ello hizo una serie de cursos con entrenadores extranjeros.

"Me dediqué porque faltaban entrenadores para la época. Fue así que aparecí en la liga provincial, salí campeón con el equipo Deportivo Guadalupe en la liga provincial en 1995", señaló.

Su rumbo cambiaría posteriormente, porque a petición de varias jugadoras se hizo cargo del Club Ingenieros que recién había ascendido a Primera de Honor. Se quedó con ese club hasta el 2000. Posteriormente, fue convocado a varios equipos para dirigirlos debido al potencial que tenía.

Darwin fue exigente con él mismo, se preparó no solo en los cursos que llevaba con entrenadores capacitados, sino apeló a su amplia bibliografía para estudiar en detalle el deporte que lleva en la sangre.

Fue construyendo un porvenir como técnico, no por algo dirigió la selección de Oruro en casi una veintena de ocasiones desde Cadetes, pasando por Juvenil hasta Mayores.

"Siempre me propuse superarme y hacer seguimiento a las jugadoras, para llamarlas a la selección", dijo.

PASI�?N

Darwin siente una pasión al dirigir en el campo de juego, vive los partidos con intensidad. Es el que grita, llama la atención a las jugadoras, llama la atención incluso del público, porque sus gritos se escuchan como un estruendo en la cancha. Tiene claves para comunicarse con sus jugadoras y hacer que lo planificado salga con éxito.

Esa su vida por el baloncesto y la dirección técnica trajo consigo un momento inolvidable en su carrera, como fue lograr la medalla de plata en los Juegos Trasandinos que se jugó el 2015 en Tarija. Había terminado con el mito del mal juego, eliminó a rivales de peso, pero no pudo con el local, sin embargo, logró que la final sea boliviana.

El equipo que tenía no fue una improvisación, al contrario, fue el resultado de un proceso que tuvo su origen años antes, cuando desde el 2010 dirigió a su equipo que representó a Bolivia en los Juegos Estudiantiles realizado en Lima Perú.

Actualmente Darwin Rocha tiene su escuela de baloncesto denominada "Dribling", allí forma a sus jugadores desde las primeras categorías, obviamente con un tratamiento distinto, según la edad y sus necesidades, sin descuidar la parte física, técnica y táctica.

"Ser director técnico es una gran responsabilidad que se adquiere, hay que tomarla con mucha seriedad, paciencia y entusiasmo, preparándose el día a día. No basta con saber jugar bien. Para ser director técnico hay que tener compromiso, dedicación, hay que tener metodología y condiciones de enseñanza, como es la didáctica", finalizó.

Fuente: LA PATRIA