En el ámbito de la ponderación jurÃdica cuando se relaciona directamente con determinar el derecho, puede dudarse sobre el merecimiento de atención a la idiosincrasia del imputado, empero, cuando se determinan los hechos no caben discrepancias fundamentales. La idiosincrasia del imputado como la del testigo deberá ser determinada dondequiera pueda contribuir al esclarecimiento del estado de los hechos; no se trata de agotar posibilidades y no es una cuestión de principios sino un tema que debe sopesarse en cada ocasión. De esto último resulta que en los asuntos de menor cuantÃa no se requiera, de ordinario, determinar intensivamente la idiosincrasia del imputado o, en su defecto, la del testigo.
Ha ido creciendo gradualmente la importancia del estudio de la personalidad del imputado, sobre todo porque hoy las diferentes legislaciones, cuando crean figuras legales, acentúan más que antes las notas subjetivas, tanto en el ámbito penal como en el civil. El legislador hace cada vez mayor empleo de caracteres referentes al ánimo del transgresor que, como es de inferir, se indagan las inclinaciones psÃquicas como ser: ideas deshonestas, codicia, alevosÃa, móviles ruines y destructivos etc.
El concepto de delincuente habitual no puede resolverse mediante la simpleza del recuento de penas anteriores, asà la constatación que un conductor de vehÃculos utilitarios o de transporte no es idóneo para conducir y corresponde retirarle la licencia, exige como requisito previo el análisis de sus aptitudes mentales e inclinaciones de su carácter; este ejemplo añadido a otros esclarecen la idea de cuán importante es la indagación de la personalidad en la determinación de los hechos, además para respetar sus derechos individuales de rango constitucional.
Asà se obliga a una labor de esclarecimiento tenaz en lo atingente al hecho y tipo interno y cuando se duda si es el imputado, quien ha cometido el delito las pruebas disponibles se complementan comparando las aptitudes y predisposiciones que, según la Ãndole del delito, deben haber intervenido o mediado en el autor y el modo de cometerlo, con las aptitudes y predisposiciones del imputado. Debe comprobarse si el imputado posee la fuerza fÃsica, la osadÃa, la brutalidad y la abyección para ingresar a la dimensión del crimen, dependiendo de ello quedarÃa rebatida la suposición de autorÃa al no encuadrar el crimen en el mundo de las ideas del imputado y no guardar consonancia con sus deseos y ambiciones.
Los hechos psÃquicos ayudan positivamente a comprobar las intenciones que abrigo el imputado y si comprendió las posibles consecuencias de su actuar, averiguando cual fue el grado de capacidad de juicio, de su rapidez mental y su experiencia general de la vida. Si no se conoce la manera de ser del imputado no se pueden determinar los móviles o motivos que impulsaron al imputado. Deben descubrirse las metas de su vida que son su guÃa y su sistema de valores que determina su conducta.
En las indagaciones sobre la personalidad de un testigo lo principal o fundamental es saber y concluir si merece fe en un punto determinado. Esto se resuelve observando al testigo como un ser dotado de espÃritu y de idiosincrasia personalÃsima, sin dejar de lado en ningún momento la certeza comprobada que se trata de un testigo con sobriedad intelectual o de un sentimental.
(*) Abogado Corporativo, postgrado en Arbitraje y Conciliación y Derecho Aeronáutico.
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresÃa Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del dÃa en PDF descargable.
- FotografÃas en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.