Once ciudadanos electos por el "voto ciudadano", integran el Concejo Municipal que es la máxima autoridad del municipio y que tiene labores inherentes a la elaboración de normas que mejoren las condiciones de habitabilidad colectiva en una ciudad organizada y cuyos servicios sean útiles a miles de personas que están pendientes del trabajo de ese grupo regulatorio que no puede ni deberÃa perder tiempo en resolver problemas partidarios o de grupos ciudadanos formados al calor de intereses particulares.
El Concejo Municipal consiguientemente, debe normar el modelo de actividades que sean desarrolladas en todo el ámbito citadino, de manera que la ciudadanÃa cumpla sus actividades cotidianas en un marco de seguridad y comodidad, regulados por los servicios municipales, para sintetizar la enorme responsabilidad de quienes ejercen en calidad de "legisladores locales".
Al haberse producido una interrupción en la conducción ejecutiva de la AlcaldÃa local, por determinaciones legales, se han interrumpido temporalmente las actividades comunales de ese nivel superior, alterando aunque no se quiera, el curso de varios proyectos en ejecución y de otros programados para su cumplimiento paulatino, situación que no puede prolongarse por más tiempo esperando tan solo decisiones del grupo legislativo, que ante la emergencia vigente ya debió asumir una solución al problema, designando a la nueva autoridad ejecutiva edil.
Hay quienes opinan que los perjuicios son mÃnimos al no existir programas de envergadura en la comuna local, pues algo que se estuvo haciendo es parte de la continuidad de programas de anterior gestión y lo poco nuevo que se implementa con gastos desmesurados, continúa pese a cierta resistencia vecinal.
Otra apreciación de dirigentes vecinales señala igualmente deficiencias en el trabajo del Concejo Municipal, dedicado a solucionar "entuertos" de los grupos internos, postergando indefinidamente una serie de estudios y elaboración de disposiciones que sean convertidas en leyes municipales, para mejorar el buen vivir de la ciudadanÃa y disponer que el Ejecutivo aplique regulaciones de ordenamiento en diferentes sectores que atrabiliariamente han sobrepasado ordenanzas y prohibiciones establecidas, generando un verdadero caos en la ciudad.
El Concejo tiene ahora la misión de designar a la nueva autoridad, un o una concejal que ocupe el cargo superior de la AlcaldÃa, en tanto se solucione el proceso que obligó al repliegue del alcalde en funciones. Para tan delicada tarea no se puede dar más plazos, los problemas que han surgido de forma interna entre las representaciones polÃticas y "ciudadanas" que forman el Concejo, deben ser solucionadas, bajo la responsabilidad personal de cada concejal, poniendo de antemano su voluntad y conciencia comprometida para servir a la colectividad orureña.
Hay que despejar algunas dudas, pero este hecho se comprobará con el accionar público de cada concejal a tiempo de elegir al nuevo alcalde, pensando que esa decisión debe favorecer a la comuna en su conjunto, como ente encargado de buscar las mejores opciones de servicio público para nuestra comunidad. Hay que pedir a los "honorables concejales", que actúen en esa dimensión es decir poniendo por encima de intereses menores, su enorme responsabilidad de servir a la ciudad y su conglomerado social.
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