La conciencia

La conciencia es una de las disposiciones más maravillosas y conmovedoras del ser humano, para, luego de meditar lo que la voz interna de la conciencia le prescribe, antes de la acción, actuar, y después de la acción recibir la sentencia laudatoria o condenatoria. Es complicado analizar este proceso interior del cual ningún ser humano puede abstraerse, sin embargo de su complejidad, lo emprendemos para dialogar con el lector.

¿Que será la mala conciencia?, primero se debería establecer que existe una conciencia original que inicia en todo humano un proceso de formación inacabable. La mala conciencia se manifiesta cuando ésta se encuentra agobiada y abrumada por el remordimiento y, para liberarse, debe aliviarse o aligerarse desde la profundidad del espíritu. Cuando las personas se encuentran permanentemente aliviadas después del arrepentimiento y la redención del daño por sus actos, este proceso los conduce a la estabilidad interna y lo decisivo para asumir ese estado es la importantísima instancia de la reflexión que es concomitante con el pensar.

Ejemplificando: ¿Tendría mala conciencia y proclividad al mal un niño que creció en un ambiente de violencia, como guerras y huidas de su hábitat como sucede actualmente en el Medio Oriente?, la conciencia, pese a esas circunstancias adversas, le inclina a evitar la violencia o la vindicta, precisamente porque los humanos estamos entretejidos como una urdimbre con el prójimo, por ello, la conciencia asume la voz prescriptiva de la paz y los valores.

¿Fracasa el hombre por la conciencia?, la mayoría de los fracasos se deben asumir de forma constructiva, cuando se trata de mujeres y hombres cuyo esfuerzo estriba en ganar confianza en sí mismos y construir una estabilidad interna; condiciones superlativamente positivas para no fracasar.

Es sobremanera importante en el proceso complicado de comprender a la conciencia y su inescrutable dimensión, conocer que ostenta dos vertientes para aproximarse a su inteligibilidad, una, es la percepción de Dios, otra es la naturaleza, y el consenso interno se logra a través de la asunción de las virtudes.

Hoy, contextualizando las interrogantes modernas se cuestiona sobre el aborto; si después de consentirlo surge la mala conciencia, entonces, se debe asumir que en primera instancia se tiene que afrontar una situación jurídica, prescrita en el ordenamiento jurídico y, luego meditar profundamente sobre la categoría moral del aborto; manteniendo la latente duda, en equiparación o la capacidad de reflexión de la persona, si la decisión de consentir un aborto fue correcta.

Otra de las interrogantes que persiguen a la humanidad es el modo de justificar acciones, por ejemplo la defensa propia que, cuando se ejecuta con medios proporcionales a la agresión original, es legítima y moral, no generando mala conciencia por el acto en sí, sino pesadumbre por haber privado de la vida a una persona.

La conciencia con reflexión constante es una formación que conduce a la formación de la persona, entonces, toda mujer u hombre en su vida sopesará intelectivamente si es equilibrado o no.

(*) Es abogado corporativo, posgrados en Interculturalidad y Educación Superior, Docencia en Educación Superior, Arbitraje y Conciliación, Derecho Aeronáutico, Filosofía y Ciencia Política (maest), doctor honoris causa con tesis, escritor.