Este autor escribe sobre un tema polémico, aplaudido y criticado, generalmente sin observaciones sensatas, no obstante necesario de ser analizado en su debido contexto. Una obra múltiple y de magnitud inmensa para dos ciudades conflictivas como La Paz y El Alto, con estructuras geográficas distintas, merece un análisis serio en el sentido de la infraestructura y sus autores vitales, sin ingresar en el campo de la política que casi siempre es errático e innoble. Mucho se critica y no se valora lo positivo. Una cosa es la política pobre y otra lo que tiene que ver con los administradores y técnicos.
Esta persona no tiene ninguna simpatía por los políticos operativos, pero valora una gestión excelente que se ha extendido a Oruro y quizás sea posible a muchas otras ciudades bolivianas y latinoamericanas con una visión que trasciende espacios y tiempos. El convertir un medio de movimiento de personas para el desarrollo de un deporte de descenso por medio de la nieve en un servicio de transporte alternativo es una gran obra, trascendente e independiente de rencores políticos, aunque por el momento no sea utilizada en toda su capacidad. Sin embargo hay que considerar que el responsable de esta obra monumental, César Dockweiler, se ha preocupado de asumir una misión absolutamente exitosa en lo administrativo y pulcra técnicamente. Los austriacos a través de su empresa Doppelmayer han contribuido, pero también ha existido y existe una parte boliviana competente que ha contribuido a un éxito sin precedentes históricos en el Mundo.
Mucha gente se quejó de la Línea Blanca del Teleférico, sin sentido criterioso y con mucha irresponsabilidad. La Plaza Villarroel luce mejor que antes, al igual que distintos lugares, los que se han reconstruido para bien en su aspecto. No es el rol de un analista político ¨cantar loas¨ a trabajos técnicos fundamentales, pero en determinadas circunstancias se debe hacerlo. Las características del Teleférico son notables, une muchas zonas de dos ciudades diferentes por sus condiciones topográficas en pleno Altiplano y valles altos de Bolivia, las vincula y su verdadera trascendencia se verá en el futuro, aunque ya muestra características impresionantes. El paisaje no es lo mismo desde la tierra que desde el aire. La tecnología utilizada en su construcción es de punta con materiales de la más alta calidad y lo que destaca es el acabado de las obras civiles por su versatilidad y eficiencia en la atención a los usuarios.
Este proyecto trascendente no se ha concluido todavía, falta aproximadamente un año para la terminación de todas las líneas en la obra más importante del Mundo en este rubro. Ahora, independientemente de la negra política, es importante destacar la participación de un gestor, Dockweiler, quien sin mucha bulla hizo grandes cosas para La Paz y El Alto con un manejo técnico y administrativo excelente.
El Teleférico es una obra para el Siglo XXII, solucionará terribles problemas del transporte público e impulsará el turismo interno y externo, para bien del desarrollo sostenible. El dinero que se ha gastado no se ha desperdiciado como en otras obras, sino se ha empleado en el sentir de algo útil. Es fácil criticar y no hacer nada. El autor valora una obra bien hecha y no se dejará llevar por sus enemistades políticas al extremo de despreciar todo lo que se hace, bueno o malo. En política tiene que subsistir el criterio del equilibrio de análisis, sino se caería en la torpeza o el oportunismo que ningún bien provocan.
Para tus amigos:
¡Oferta!
Solicita tu membresía Premium y disfruta estos beneficios adicionales:
- Edición diaria disponible desde las 5:00 am.
- Periódico del día en PDF descargable.
- Fotografías en alta resolución.
- Acceso a ediciones pasadas digitales desde 2010.